SE había quedado por detrás, anclado en el tiempo de la crónica, el final de unas jornadas más que interesantes acontecidas en las postrimerías de la pasada semana cuando la Peña La Divisa daba el cerrojazo a un nuevo ciclo que, bajo cualquier consideración, lo mejor que ha tenido ha sido un público fiel a cada una de las tres charlas que se programaron.

Final, con esa concesión del II Premio Nacional La Divisa para la ganadería de Alcurrucén y que vino a recoger José Luis Lozano, uno de los propietarios de la ganadería premiada.

No es tanto noticiar la presencia del último invitado del ciclo, sino aprovechar aquello del Pisuerga y Valladolid para no dejar la ocasión de felicitar a quienes de forma ininterrumpida nunca dejan de trabajar por la Fiesta.

Como se desprende de todo este tipo de noticias en torno al toro, Trigueros sigue protagonizando máxima actualidad puesto que está ya a las puertas esa feria de Castellón donde los Cuadri abarcan protagonismo en dos tardes y para ello hay programado por parte de la peña un atractivo viaje en autobús para los dos días. Inmersión taurina se llama a eso y, a buen seguro, agradable en un sitio tan especial y tan taurino como es Castellón. Nos cuenta Juan Esteban, presidente de la peña, que andan muy ilusionados los aficionados y que las plazas disponibles son ya habas contás.

Fernando Cuadri, quien por cierto anda de conferenciante por tierras sevillanas, está ilusionado con esta doble cita, como ya se desprende de ese reportaje que días atrás desplegó este periódico a doble página hablando de toda esa importante camada que mantiene en el campo y especialmente estas primeras citas de la temporada, como son las ferias de Castellón y Sevilla.

Donde todo parece irse solucionando es en lo referente a ese festival que habrá de celebrarse en Higuera de la Sierra el 7 abril.

A trancas y barrancas, Domingo Moya anda aunando voluntades y levantado ese veto que alguna que otra cuadrilla tenía puesto, el cartel ha tomando ya forma definitiva porque parece ser que el rejoneador lusitano Rui Fernández no va poder estar por motivos profesionales y, en su lugar, Fermín Bohórquez le echa una mano a ese cartel donde están también anunciados Alfonso Oliva Soto con un ejemplar de Manolo Gonzalez, Antonio Nazaré y los novilleros Álvaro Sanlúcar, con un novillo de Alvaro Domecq, y Alejandro Pavón, con otro de Millares. Pavón, precisamente, estuvo días atrás por los pagos ganaderos de Pelegrín junto a Domingo Moya, eligiendo el eral que ha donado el ganadero triguereño para la ocasión.

El cartel ha de completarse con la presencia de uno de los nombres onubenses de máxima actualidad como es el del rejoneador Andrés Romero que lidiará uno de Arucci. A Romero, sin duda, hay que felicitarle por conseguir meterse en la final del concurso de Atarfe y, desde luego, por la excelente proyección que le acompaña.

El de Romero es un nombre que ha venido a confirmarse como una de las actuales realidades de un escalafón como el de los rejoneadores que mantiene una profunda y constante incorporación de interesantes profesionales.

Cambiando de tercio y de paso alegrándonos por que se haya concretado una temporada más, hay que nombrar al ciclo de Los Toros que la Fundación El Monte venía realizando de forma regular cada temporada. Será en la medianía del mes de abril cuando se concreten esas nuevas e interesantes jornadas, pero nos alegra sinceramente contar con él en el calendario provincial.

Curiosamente, cuando peor parecen ir las cosas por Cataluña en relación a la temática taurina, a la afición de aquellas tierras le brotan media docena de novilleros con interés y maneras. Uno de ellos, Antonio Arrebola, cumplimentó jornada de entrenamiento a puerta cerrada en el cortijo Pelegrín, frente a dos vacas y un utrero, con los que demostró maneras muy interesantes.

En la brega le acompañó el buen banderillero onubense Juanlu y también dio alegría volver a encontrar, desde el callejón, en la soleada mañana triguereña, a ese torero importante para entender la historia taurina de Huelva como es Miguel Conde. Buena mañana con gente de Huelva, aunque pensándolo bien, mejor hubiera sido que hubiese llovido a cántaros.