Toros

Younes, primera puerta grande en la Feria del Pilar

sexta de la feria del pilar Ganadería: Cuatro novillos de El Cahoso y dos de Los Chospes (1º y 3º), muy desiguales de hechuras, volumen y cuajo, predominando los destartalados y bastos, que dieron un comportamiento descastado y acorde a su físico. Los más finos y mejor construidos, tercero y quinto, fueron precisamente los de mejor juego. TOREROS: Leo Valadez, silencio y oreja. Andy Younes, vuelta al ruedo protestada tras petición de oreja insuficiente y dos orejas. Salió a hombros por la puerta grande. Rafael Serna, silencio y ovación. INCIDENCIAS: Plaza de Zaragoza. Un cuarto de entrada.

El novillero francés Andy Younes consiguió abrir, por primera vez en lo que va de Feria del Pilar, la puerta grande de la plaza de toros de Zaragoza, después de cortar, como exige el reglamento taurino aragonés, las dos orejas de un mismo astado.

Un novillero mexicano, un francés y un sevillano remontaron, con mayores o menores logros, la falta de raza de una amoruchado encierro de dos hierros distintos, en el que los únicos utreros de buen juego fueron, lógica y precisamente, los de mejores hechuras.

Con uno de estos, el quinto de la tarde, se encontró el galo Andy Younes para salir a hombros, por primera vez en una feria tan escueta en orejas, por la puerta grande del coso de la Misericordia. Younes centró todas las miradas yéndose a los medios para recibir con espaldinas al cuajado y serio novillo de El Cahoso, para después ligarle, en la misma boca de riego, varios lances más de variada factura. Y una vez que el novillo peleó con espectacular bravura en varas, con derribo del jaco incluido, volvió el rubio torero francés al centro del anillo para prologar su faena de muleta con otro mazo de pases cambiados por la espalda. El noble novillo pedía ser sometido por bajo para sacar su mejor fondo de bravura y emplearse con mayor recorrido y celo en las embestidas, aspecto que Younes no siempre llegó a explotar en el toreo fundamental, donde ligó y compuso pero no profundizó. Aun así, el público valoró la continuidad de los pases que el francés envolvió con adornos y efectismos diversos, hasta que cerró el trabajo con una estocada caída pero contundente que provocó la petición, y la concesión, del holgado premio de esas dos orejas.

Otro trofeo más paseó el mexicano Leo Valádez del cuarto, un ejemplar basto y corto de cuello con el que compitió en quites con Younes, éste por saltilleras y el americano por ajustadas zapopinas.

No tuvo apenas raza este cuarto, pero fue Valadez quien puso la fibra y la decisión para imponerse y convencer al tendido, atacando con firmeza e imponiéndose a las mínimas virtudes del deslucido novillo, al que tumbó de una estocada cobrada en total rectitud.

Ni Younes ni Valadez habían podido sacar nada lucido de sus primeros novillos, pues el primero de la tarde fue un moruchón que acabó totalmente rajado y el segundo no hizo más que soltar cabezazos por encima de la muleta del francés.

En cambio, sí que tuvo opciones el tercero, un utrero con el hierro de Los Chospes, bajo de alzada y de finas hechuras, que acabó yendo a más a lo largo de una lidia en la que Rafael Serna no siempre acertó fijarle en la muleta con el temple suficiente.

Fue con el sexto, un boyancón que saltó la barrera de salida, con el que se empleó más y mejor el novillero sevillano, intentando remontar empeñosamente el deslucido guión que impuso un ejemplar tan descastado.

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