trofeos taurinosmiguel Ángel perera. triunfador de la feria de colombnas 2017

"Sólo tengo una mirada de gratitud a estos premios y sus organizadores"

  • El extremeño recoge esta noche el reconocimiento de los premios El Cabezo que otorgan conjuntamente 'Huelva Información' y el Corte Inglés y valora su paso por la temporada

Tiene en su esportón un total de seis trofeos El Cabezo. Cuatro como triunfador, uno como mejor estoqueador de la feria y el primero de ellos, conseguido en 2004, en reconocimiento a la mejor faena de aquella feria. Esta noche recogerá su quinto galardón como triunfador de un feria que vino a conocer al mejor Perera de muchas temporadas. Abrumador sobre el ruedo, el torero extremeño cuajó dos importantísimas faenas a su lote de Torrealta. A pocas horas de que se convierta en uno de los protagonistas principales de la gala que esta noche celebran Huelva Información y El Corte Inglés en Huelva, Miguel Ángel Perera deja para los lectores de este periódico sus reflexiones sobre su actuación en Huelva y el momento profesional que disfruta.

-Hablamos siempre de que la trayectoria de un torero viene marcada por ciertas plazas talismán. ¿Es Huelva una de ellas para usted?

Es como si en esta plaza me encontrara con esas sensaciones tan necesarias siempre para los toreros"Me consta el gran esfuerzo que significa cada invierno que estos premios taurinos sigan apostando por Huelva"

-Sin duda. Huelva ha sido mi punto de inflexión en algunas temporadas anteriores en las que el comienzo no había sido el que deseaba y necesitaba. Pero era llegar a Huelva, y todo cambiaba. Es como si aquí me cambiara la suerte, como si yo mismo me encontrara con esas sensaciones que son tan necesarias para los toreros. Creo que este año ha sido diferente porque ya venía de algunas tardes precedentes, incluso desde el mes de junio, dando la misma dimensión que se me ha cantado en el tramo final de la temporada. Pero sí es verdad que Huelva es una de las plazas a partir de las cuales se ha destacado más esa dimensión.

-No sólo buena relación con Huelva sino compromiso, porque además dona los honorarios de esa tarde de triunfo a la fundación Laberinto, a la que usted presta una atención muy especial.

-Sí, es una fundación especial para mí porque la impulsa una persona a la que quiero mucho. Además, soy patrono de ella. Por tanto, conozco bien su objetivo y el esfuerzo que se viene haciendo para conseguirlo. Estoy muy identificado con su empeño y entendí que, haciendo esa donación, aportaba mi granito de arena.

-Matador, banderillero, el toro, la cuadrilla al completo…Más parece que el equipo anda en unos límites inalcanzables, por lo que dicen estos premios…

-Bueno, por lo menos, sí es verdad que hemos echado un año de disfrutar mucho en la plaza. Es muy importante para un torero sentirse reforzado por otros toreros que sepan lo que tienen que hacer en la plaza y cómo hacerlo. Toreros que, sobre todo, hagan las cosas a favor del toro porque, de esa forma, las hacen también a favor de su matador. En este sentido, tengo una cuadrilla conmigo que es como la horma de mi zapato. Individualmente, son todos magníficos profesionales. Y, como equipo, han encajado a la perfección. Fuera de la plaza también el ambiente es de sincera armonía. Al final, todo eso se traduce en el ruedo. Por suerte, ha habido este año muchas tardes muy completas con ellos como la de Colombinas.

-¿Qué valoración puede hacer a que dos entidades no taurinas mantengan en activo después de veintisiete ediciones estos premios tan emblemáticos como son los de El Cabezo ?

-Desde luego, de gratitud como profesional del toro. Son muchos años ya apostando por el toreo, en este caso, por la Feria de Huelva. Me consta que es un esfuerzo el que hacen cada invierno por llevar a cabo la entrega de los premios y que cuidan con esmero la elección del jurado. Además, vinculando a él a personas que no sólo sean de la Tauromaquia, lo que es una buena manera de hacer que sean unos premios muy sociales. No me queda más que felicitarles.

-Por la rotundidad con la que se ha expresado usted en el ruedo no parece más que estuviese usted reivindicando permanentemente su sitio en el toreo. ¿Es consciente de que ese poderío tan aplastante de esta temporada ha fulminado muchas tardes de toros?

-Lleva siendo así toda mi trayectoria. Sabido es que desde el principio tomé un camino que no es el más fácil, pero, desde luego, sí el más reconfortante cuando se dan años como éste y, por supuesto, es el camino que me llena y en el que creo. Reivindicarme cada día es como una obligación que el sistema me impone. Bueno, ya me he acostumbrado a ello, aunque no sea fácil. En cuanto a lo de fulminar las tardes, lo cierto es que si un torero no sale a la plaza decidido a imponerse, a mandar en ella, a triunfar, mal lo lleva. Luego, mi concepto, por ser el que es de exigente con los toros, cuando puedo desarrollarlo, bien es cierto que deja un poso hondo. Es lo que busco y es lo que siento

-¿La de Huelva es una de sus mejores tardes de la temporada?

-Desde luego que sí. Una de las que más he disfrutado. Me sentí pleno. Puede que sea mi tarde más importante en La Merced. Pude expresarme como me siento, sacar de mí lo que quería y lo que busco como torero. Todo salió redondo y sentir esa receptividad tan de verdad del tendido, esa forma de meterse tan de lleno en las faenas, de vivirlas, de disfrutarlas y de valorarlas es realmente bonito. Si luego le sumas cómo suenan en Huelva las palmas a compás que me regalaron al final de mi segunda vuelta al ruedo… ¡No se puede pedir más!

-Este año se aparece en Huelva el Perera más rotundo de los últimos años. ¿Qué valoración hace de esa tarde que ha terminado por traerle hoy como triunfador de Colombinas?

-La mejor posible. Como ya he dicho antes, creo que es mi actuación más redonda en La Merced y eso que ya han sido varias. Fue una tarde completa, maciza, plena. Una tarde de mucha seguridad por mi parte, de frescura y de disfrutar en cada momento de la corrida. Fue una constatación de lo que ya venía apuntando en otras plazas y, sobre todo a nivel de valoración de crítica y de aficionados, fue un espaldarazo definitivo para el resto de la temporada.

-Pero no sólo ha sido Huelva, sino muchas plazas las que han visto el momento que vive usted como profesional. ¿Es su mejor momento? ¿Lo mas gratificante de la temporada qué ha sido?

-No sé si es el mejor momento, la verdad. Lo que sí puedo decir es que es un momento de total felicidad, de estar muy a gusto, de verlo muy claro. Y todo eso es porque vas encontrando respuesta al trabajo que se hace en silencio siempre, pero, especialmente, cuando las cosas no salen tan bien. Creo que he tenido la paciencia y la confianza precisas para llegar a este punto y ahora recojo los frutos. Lo más gratificante es justo esto: volver a sentir que si crees y sigues, todo llega. Y saber que le he dado la vuelta a una situación que se puso muy difícil a mediados de temporada. Y que lo he hecho tarde a tarde y feria a feria. Como siempre fue. Como tanto se echa de menos a veces cuando se critica que las ferias se cierran demasiado pronto y el desarrollo de las temporadas no siempre influye y se refleja en los carteles. Bien es cierto que hay tardes y ferias en las que he tenido que entrar por la vía de la sustitución, pero luego he justificado con creces por qué estaba allí. Eso es lo que gratifica: que nadie te regala nada y que, aun así, lo terminas consiguiendo.

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