Toros

Rubén Pinar se vuelve a reivindicar en otra gran tarde en Albacete

El diestro Rubén Pinar salió a hombros en el último festejo de la Feria de la Virgen de los Llanos de Albacete, después de ofrecer a sus paisanos otra gran tarde de toros, que le permitió cortar un total de tres orejas después de dos faenas de muy altos vueltos, sobre todo su segunda. Con lleno de No hay billetes, se lidiaron toros de Daniel Ruiz, bien presentados y de variado comportamiento. El mejor, el quinto, un gran toro. También se dejaron segundo, tercero y cuarto. Julián López El Juli, silencio tras aviso y ovación. Rubén Pinar, oreja y dos orejas. Alberto López Simón, oreja y silencio.

El Juli poco pudo hacer con un primer toro sin fuerzas y que acabó rajándose. El cuarto tuvo algo más por dentro y El Juli quiso mucho en una labor enrazada y de mucho sometimiento por abajo, muy maciza y compacta, que bien hubiese merecido un trofeo de no atascarse de mala manera el torero con el verduguillo.

Rubén Pinar rayó a muy buen nivel en su primer toro, al que diseñó una templada y asentada faena, iniciada con una tanda de muletazos de rodillas para continuar corriendo la mano con mucha suavidad dentro de un conjunto de mucho pulso y sobrada técnica. Lo gordo llegó en el quinto. Fue también este un toro de muy buen juego de Daniel Ruiz al que Pinar toreó con una rotundidad y un aplomo extraordinarios. Tandas sobre ambas manos de largos, templados y mandones muletazos, muy por abajo, y fajándose de verdad. Se tiró a matar o morir con la espada, que enterró hasta los mismísimos gavilanes, y para él fueron las dos orejas.

López Simón arrancó una oreja del tercero, primero de su lote, merced a una faena tan tesonera como desigual. El sexto fue el otro garbanzo negro de la corrida, toro remiso y sin clase con el que López Simón no pudo redondear nada del otro mundo.

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