La Maestranza | Segunda novillada del ciclo de promoción

Despuntan Uceda Vargas y Solalito

  • Ambos novilleros cortan una oreja cada uno

  • Manuel Rueda y Antonio Romero, sendas vueltas al ruedo tras petición

  • Parejo y León, de vacío

El gerenense Uceda Vargas con un trofeo concedido del primer novillo.

El gerenense Uceda Vargas con un trofeo concedido del primer novillo. / José Ángel García

En la segunda novillada de promoción despuntaron los novilleros Uceda Vargas y Solal Calmet ‘Solalito’, quienes consiguieron sendos trofeos en un festejo en el que la materia primera fue una novillada de Villamarta, de desiguales hechuras y juego y en la que predominó la mansedumbre. Los sevillanos Manuel Ruedo y Antonio Romero se acercaron al triunfo, dando sendas vueltas al ruedo tras petición de oreja. Todo ello dentro de un espectáculo sin picadores... ¡que duró más de dos horas y media!, comenzando a las nueve y media de la noche del jueves y terminando al día siguiente.

El gerenense Uceda Vargas, alumno de la Escuela de Camas, manejó bien el capote, derrochando variedad, toreando bien a la verónica y realizando un quite con vistosas lopecinas. Realizó una faena con inteligencia, variedad y temple, matando al primer envite a un novillo manso, pero con buena clase al que entendió perfectamente. Mató al primer envite y cortó una oreja.

Solal Calmet Solalito, nacido en Marruecos, residente en Nimes y actualmente alumno de la Escuela taurina Campo de Gibraltar, es un torero que apunta buenas maneras y completo en los tres tercios. Se lució a la verónica y en banderillas y robó muletazos en un trasteo muy meritorio a un astado manso y huidizo, rubricando con una buena estocada y fue premiado con un apéndice.

El sevillano Manuel Rueda, con un astado mansote y con movilidad, se empleó con disposición, tanto en el recibo con una larga cambiada como en una faena de entrega, con la virtud de la ligazón para dar la vuelta al ruedo tras pinchazo y estocada.

El chiclanero Christian Parejo, con un novillo manso y huidizo, anduvo voluntarioso siendo cogido sin consecuencias en el epílogo de una labor que remató de dos pinchazos y estocada.

El sevillano Antonio Romero, en novillero, recibió al complicado cuarto con una larga cambiada de rodillas de la que salió cogido sin consecuencias, como le sucedió en otro pasaje con la muleta. Mató al primer envite y dio una vuelta al ruedo tras petición.

El malagueño Rafael León, perteneciente a la escuela taurina de su ciudad también demostró arrojo en una larga cambiada de rodillas a portagayola, toreando bien de pie a la verónica. Con la franela, hubo algunos pasajes en los que se gustó.

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