Novillada en La Maestranza

Ángel Jiménez, que brilla, corta una oreja y da una vuelta al ruedo

  • Emilio Silvera, voluntarioso, premiado con otro trofeo y Cadaval, de vacío.

  • Interesante novillada de El Parralejo, de desiguales hechuras y comportamiento.

Ángel Jiménez, prácticamente encima de su segundo toro al entrar a matar.

Ángel Jiménez, prácticamente encima de su segundo toro al entrar a matar. / Juan Carlos Muñoz

El espectáculo en la festividad del Corpus, en este caso una novillada, contó con un cartel con acento sevillano: Ángel Jiménez, Emilio Silvera y Alfonso Cadaval, quienes lidiaron un encierro de El Parralejo, ganadería que pasta en tierras onubenses, pero cuyo propietario es también sevillano: el empresario José Moya. Con esos mimbres, en tarde soleada, en la que todavía quedaba la reminiscencia del olor a juncia y romero matinal, se registró en La Maestranza más de media entrada en tarde soleada.

La novillada de El Parralejo, de desiguales hechuras y comportamiento estuvo en conjunto bien presentada y dio opciones de triunfo a la terna, destacando el ecijano Ángel Jiménez, quien concretó la actuación más completa.

Jiménez, que el año pasado dejó buena nota tanto en La Maestranza como en Las Ventas, se alzó como triunfador de la tarde por su garra novilleril, su valor y su buen toreo. Cuajó una gran faena al cuarto, un novillo bien presentado, que destacó por sus buenas embestidas por el pitón derecho. Jiménez lo recibió con hasta tres largas cambiadas de rodillas, la primera a portagayola. Y toreó muy bien a la verónica, rematando con una media de rodillas y un afalorado. La apertura de faena de hinojos, con la diestra, para continuar con muletazos suaves, fue a la vez explosiva y bella. Tiró muy bien del astado, cuando se vino a menos con muletazos templados y cerró con unas bernadinas ajustadísimas. Tras un pinchazo entró a matar sin muleta, colgándose de los pitones y recibiendo un pitonazo en la ingle -afortunadamente sin mayores consecuencias- a cambio de media estocada. Fue premiado con una merecidísima oreja.

Con el mansote y noblón primero, que embistió bien por el derecho, Ángel Jiménez también manejó con buen aire el capote, tanto ganando terreno a la verónica como en unas preciosas chicuelinas al paso para colocar al novillo frente al caballo. Con la muleta, se lució con la diestra en series con ligazón y muletazos largos; una de ellas con un pase de pecho circular interminable y con la zurda también destacó en una tanda con naturales muy ajustados. Mató de pinchazo hondo en la yema y dio una más que merecida vuelta al ruedo.

La novillada de El Parralejo ofreció oportunidades de triunfo a la terna

Emilio Silvera, hijo del matador de toros onubense del mismo nombre, fue premiado con un trofeo en su segundo novillo, un ejemplar de buena condición, pero que fue a menos. Comenzó su labor, voluntariosa y entonada, con unos estaturarios y fue bajando la intensidad a medida que el novillo se apagaba. Hubo una nutrida petición de oreja -el diestro contó con multitud de partidarios-, que fue concedida.

Su primero, segundo de la tarde, un astado con menos volumen, resultó noble, destacando su buen pitón izquierdo; aunque al animal, que sufrió un par de volatines tras el capote, le faltó brío. Posiblemente acusara una costalada brutal cuando perseguía el capote. Silvera logró lo más brillante con la zurda, tanto en una serie de naturales despaciosos y engarzados, como en otros sueltos a pies juntos. En esta ocasión falló con la espada.

Alfonso Cadaval, quien cortó el año pasado una oreja en esta plaza y está a un paso de la alternativa, que tomará el 30 de septiembre en el coso del Baratillo, de manos de Morante, anduvo voluntarioso con su primero, un ejemplar tardo y que se apagó pronto. Recibió al novillo con unas verónicas ganando terreno y con la franela lo más reseñable fue una tanda con la diestra. No estuvo acertado con la tizona.

El sexto, un astado serio, colorao, chorreao, de buenas condiciones, fue el más completo del encierro. Cadaval ganó terreno a la verónica y Ángel Jiménez, que había pasado por la enfermería tras su cogida en la suerte suprema por el cuarto, se marcó un precioso quite como fin de fiesta de su completa actuación.

Cadaval comenzó de manera explosiva, en los medios y de rodillas, toreando con la diestra. Luego, la faena resultó desigual, con algunos naturales y derechazos con prestancia, y no acertó en la rúbrica.

En conjunto, festejo entretenido en el que destacó sobremanera el ecijano Ángel Jiménez por su valor y su buen toreo en una novillada de El Parralejo, que ofreció opciones de triunfo.

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