Antena 3 estrena este miércoles, a las 22.45, el esperado programa Joaquín el novato, un espacio que estaba contemplado que se emitiera cuando el capitán del Betis estuviera retirado del fútbol. Los planes en el campo siguieron pero el futbolista de El Puerto tuvo tiempo suficiente, sin renunciar a sus obligaciones, para ir probando otro oficios, experiencias y entrevistas convertidas en un desenfadado programa de televisión. Ana Milán, Los Morancos, Rosario Flores, Mercedes Milá, Vicente Vallés serán algunos de los famosos que ayuden al bético.

Con la producción de Proamagna, la firma de los formatos que Bertín Osborne ha tenido en los últimos años en la programación, El novato sigue sus pasos y mediante el buen ambiente que genera Joaquín a su alrededor los entrevistados aportan su mejor cara y disposición.

Es lo que veremos hoy respecto a Dabiz Muñoz, elevado por las dos últimas ediciones como el mejor chef del mundo, respaldado en su tres estrella Michelin DiverXO, donde se grabó toda esta primera entrega del programa de Joaquín.

Entre las misiones que tiene el portuense se encuentra la de atreverse a freír un huevo. Freírlo bien. Ya recordaremos su anécdota testicular lactante. El huevo de Joaquín es ya casi tan famosos como el de Colón. Pero ¿sabrá además hacer un huevo frito con su yema cuajada y su clara con puntillitas?

Para eso está ahí el mejor chef del mundo. Con el asesoramiento de Dabiz Muñoz, el del Betis se pondrá manos a la obra y dejamos aquí la receta:

-En una sartén con cierto grosor de fondo vertemos aceite de oliva virgen extra andaluz hasta algo menos de la mitad. 

-Dejamos que el aceite se caliente hasta unos 180 grados. Para probar, ponemos la palma de la mano a unos centímetros de la superficie, que sintamos el calor. Cuando inicie un ligero humeo, es la temperatura idónea.

-Echamos el huevo atemperado (un huevo de corral, grande, que merezca la pena) y dejamos que se expanda en el aceite.

-Este es el paso más importante. La ligera paciencia que hay que tener para que alcance un punto perfecto. Aguardamos veinte segundos, cronometrados, sin tocar nada. Hay que resistir la tentación de los segundos. Tras ese breve lapso, con la espumadera cubrimos de aceite la yema, que se cubra de calor. A continuación, retiramos con la espumadera.

-Se escurre el huevo frito en la espumadera para que el aceite sobrante caiga en la sartén y se sirve el plato.

-Debería de estar entonces tan bien hecho que las propias puntillas de la clara han de servir para mojar en la yema. Si se moja con pan, que sea con miga fresca y corteza crujiente, caramba.

Toda una pequeña obra de arte de Dabiz Muñoz que ya veremos si es capaz de seguir los pasos Joaquín en esta noche.