La verdadera peste es la ignorancia, explicaba con la sensatez que le caracteriza Alberto Rodríguez, acompañado de su cómplice Rafa Cobos, en el Taller de Series que ofreció el canal #0 aupando el lanzamiento de La Peste. Pues si de eso se trata, pensé yo, vamos bien servidos y desde luego que la serie es de lo más actual.

Somos más tarugos que ayer pero menos que mañana. Y perdonen que lo diga así, tan tajantemente. La sociedad digital nos ha abocado a un analfabetismo que nos hunde en un pozo cuya profundidad desconocemos. Acaban de hacerse públicos los datos de lectura del año pasado. Cada comunidad los interpreta a su manera, sacando los colores a sus habitantes lo justo, resaltando los datos negativos pero poniendo a continuación paños calientes viniendo a decir que todavía hay territorios cuyos índices son mucho peores.

Yo no me creo esas encuestas. Dicen que solamente el 40% de la población no lee nada. Eso quisiéramos. Para mí que son muchos más. ¿Y comprender lo que se lee? ¿Quién es capaz de asimilar? Y si hablamos de escribir, ¿quién sabe escribir con corrección? Esta semana, sin ir más lejos, me he dedicado a peinar comentarios de los lectores en las ediciones digitales de cinco cabeceras nacionales. Y me he encontrado con que apenas dos de cada cien comentarios eran correctos ortográfica y gramaticalmente. Con su puntuación, sus tildes, sus mayúsculas, su estilo...

Algunos han llegado a herirme la vista. Una lectora decía sentirse "horgullosa" del entrevistado; otro se atrevía a hablar de la "hignorancia". Los lectores no escribieron así a sabiendas, para hacer gracia con el disparate. A estas alturas de la columna, les recomendaría fervientemente la lectura de las críticas a La Peste de Francisco Andrés Gallardo, Carlos Colón y Manuel J. Lombardo. Valientes, certeras, bien armadas, repletas de ideas y enalteciendo el castellano a cada línea.

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