La estrella matinal

Cómo Pepe Oneto relanzó a Ana Rosa Quintana

  • El programa 'Extra Rosa' se convirtió en un suplemento sobre los famosos a los informativos de Antena 3 en 1997

Ana Rosa Quintana y Rosa Villacastín en 'Extra Rosa'

Ana Rosa Quintana y Rosa Villacastín en 'Extra Rosa' / Atresmedia

No fue de los primeros nombres que estaban en las listas de las nuevas privadas, en 1990, aunque había debutado ante las cámaras de TVE muy joven, con 26 años, procedente de la radio. Fue productora y directora de contenidos en Radio 80 y Antena 3 Radio durante más de doce años, sin sospechar nadie por entonces que una figura como Ana Rosa Quintana podía erigirse en estrella de los magacines, primero en las tardes y desde 2005, en las mañanas, siendo líder de su franja desde entonces.

Y la intuición vino del gaditano Pepe Oneto, fallecido la semana pasada, quien llevó de nuevo a Ana Rosa a la primera división de los informativos. La matinal mostraba todo su reconocimiento hacia su maestro, quien la ubicó en la franja de sobremesa junto a Rosa Villacastín para un suplemento cardíaco a las noticias, Extra Rosa.

Despedida de Ana Rosa Quintana a Pepe Oneto

Por entonces, en el verano del 97, la sobremesa era para Qué me dices, en Telecinco, repaso con guasa de las figuras que aparecían en las revistas.

La idea de Oneto, con Jesús Hermida como director de la cadena, era responder a Telecinco con un formato más elegante. Quintana procedía de la competencia, con Veredicto y en Antena 3 comenzó con un talk show de testimonios, un fomato que gustaba por entonces. Extra Rosa caló de momento y a su vez tuvo un desgaste rápido. Lo que no contaba nadie es que la sonriente Ana Rosa, que era la segunda de a bordo, volara rápido hacia su propio magacín por la tarde llevándose a otro de los comentaristas de aquel espacio, Jorge Javier Vázquez.

Aquel acierto de Oneto es de esos clamorosos que han perdurado en las década posteriores. El entonces efímero director de informativos de Antena 3, hombre de confianza del Grupo Zeta, cedía su silla pocos meses después con la entrada de Telefónica y Ernesto Sáenz de Buruaga. El de San Fernando estaba más a gusto en tertulias y debates. Incluida la mesa, donde participó hasta última hora, de El programa de AR.

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