javier calvo y javier ambrossi. directores de 'paquita salas'

"Paquita Salas' es una broma que ha llegado hasta 190 países"

  • Los cineastas subrayan su "respeto" cuando hacen comedia

  • La representante que interpreta Brays Efe llega este viernes a Netflix con su segunda temporada

'Los Javis' ante la caravana promocional de su serie en Netflix que recaló en Sevilla. El canario Brays Efe encarna a 'Paquita Salas.'

'Los Javis' ante la caravana promocional de su serie en Netflix que recaló en Sevilla. El canario Brays Efe encarna a 'Paquita Salas.' / belen vargas

Lo que comenzó como un vídeo de broma por instragram se ha convertido en una serie de culto para millones de millennials. Paquita Salas nació en la plataforma de vídeos Flooxer y ha comenzado a dar la vuelta al mundo por Netflix. Mañana se estrena para todos los usuarios de la plataforma la segunda temporada. Detrás de la oronda figura de Brays Efe, que da vida a la iracunda representante de actores, se encuentra la firma e ingenio de los cineastas de moda, Javier Calvo y Javier Ambrossi (La llamada), Los Javis. Belén Cuesta, Anna Castillo, Yolanda Ramos, Secun de la Rosa o Lidia San José intervienen en la ficción que promete más cameos imposibles.

-¿Sienten vértigo ante una segunda temporada que se estrena en todo el planeta?

-Javier Calvo (J.C.): El único vértigo que tenemos es mantener la exigencia que hemos demostrado. En la calidad de los guiones, en la dirección. Debemos mantener nuestro sello ante quienes nos dieron su cariño. Eso obliga a mucho trabajo.

-Javier Ambrossi (J.A.): Más que vértigo es tener ganas de que guste lo que hemos preparado. Estamos contentos y seguros de lo que hemos hecho, con todos los cambios que queríamos hacer. Y hablar de todos los temas que queríamos con toda libertad.

-¿Hacia dónde va la serie en esta continuación?

-J.C.: Paquita va a asistir a un crisis emocional y profesional muy grande, que la va a llevar a un viaje que le hará enfrentar a sí misma...

-J.A.: Es un reflejo de lo que ha pasado en España. La crisis ha llevado a replantearse su vida a tantas personas, empresas. Se ha creado la cultura low cost y de ahí hemos surgido creadores nuevos.

-¿Un cambio a mejor?

-J.C.: Son cambios mentales que de alguna manera nos han permitido crecer a todos.

-¿No va todo demasiado deprisa? ¿Cómo si estuviéramos en el episodio de una webserie?

J.C.: Sí, vivimos unos cambios demasiado rápidos. Hemos superado el mayor cambio en la producción audiovisual. En parte ha sido un cambio de ilusión, abierto a cualquier propuesta. Ahora hay muchas oportunidades. Y nuestra realidad va a cambiar mucho más: las audiencias se han desintegrado y están muy parceladas. Las vías de expresión se han democratizado y el contenido está evolucionando tanto como los soportes.

-J.A.: En la música ya no se venden discos sino que se ofrecen en otros soportes. O películas que van directamente a una plataforma. Todo se fragmenta. Puedes ser famoso para una persona y un desconocido para quien está al lado. Es raro, pero ese es el panorama audiovisual actual.

-¿Se sienten portavoces de su generación?

-J.C.: Lo que tú creas crece junto a tu audiencia. Es normal que estemos más cerca de nuestra generación porque es lógico que hablemos sobre lo nos rodea.

-J.A.: Y hemos hecho cosas locas. Hemos pasado de hacer una obra de teatro promocionada en las redes sociales a dirigir una película y meternos en un reality.

-En las redes todo el mundo parece tener ideas locas, pero no todas funcionan...

-J.A.: Porque hacemos cosas locas pero nuestras cabezas son normales. Somos lógicos, pensamos.

-J.C Creo que es porque nosotros no miramos por encima del hombro a nada ni a nadie. Sabemos adaptar la cultura pop, respetarla y admirarla y unirla a otras culturas. Eso se traduce en que a la hora de escribir no tenemos miedo, ni nos ponemos pretenciosos.

-¿Es mejor vivir sin miedo?

-J.A.: No nos da miedo hablar de cualquier tema. Ni reconocer nuestros gustos en el cine, en la tele.

-J.C.: Vivir sin miedo es hacer una comedia disparatada que puede emocionarte, hacerte llorar. Porque más allá del gag te relata con ternura nuestra forma de entender la vida.

-Hablaron abiertamente de la fe sin despertar polémica...

-J.A.: La llamada trata en realidad del respeto y de ahí que hayamos encontrado eso mismo. La llamada es lo que nos gustaría que fuera este país, donde todos podemos ser muy distintos y a la vez ser íntimos amigos y hablar de todo. Que cada cual tenga su Dios, o su idea de Dios, o no tenerlo, y que podamos querernos y comprendernos. Esa idea también está en Paquita, y así une generaciones.

-¿Ya ha asumido Brays lo que le está sucediendo?

-J.C.: Sigue asimilándolo. Es un lío, una movida que nadie imaginaba.

-J.A.: Hay quien cree que Brays es una señora de verdad. Le pasó en la gala de los Goya. Fue una broma pero es una broma que ha llegado hasta 190 países. En los premios Platinotodos los periodistas nos hablaban de Paquita.

-Paquita es muy latina...

-J.C.: Sí, sí. Gusta mucho.

-J.A.: Con el vídeo de Stranger Things fue una locura.

-¿Cómo convencieron a Lidia San José casi para parodiarse?

-J.C.: Le gusta lo que hacemos. Y es por lo que te decíamos: no miramos a nadie por encima del hombro. A Lidia le apetecía.

-J.A.: Hemos creado una familia: Yolanda, Belén. Hay muchos personajes en la vida como Magüi. Esa pringadilla maltratada por su jefe, pero que al final tiene más sentido común y un corazón muy grande.

-¿Es real esa foto de Macarena García de Paquita?

-J.A.: Mis padres se la quieren llevar a casa. La idea de esa foto la sacamos de la que había en la agencia de Penélope Cruz.

¿Y tras Paquita Salas?

-J.C.: La llamada sigue en Madrid, tras cinco años, ahora con Nerea de OT. Estamos preparando la tercera temporada de Paquita y una siguiente película.

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