Seguridad

Un anillo para proteger los datos biométricos

Los datos biométricos se utilizan cada vez más como sistema de seguridad, pero también pueden hackearse.

Los datos biométricos se utilizan cada vez más como sistema de seguridad, pero también pueden hackearse.

¿Puede una persona seguir utilizando la autenticación biométrica en sus dispositivos sin la preocupación de que le roben sus datos y sean mal utilizados? Para dar respuesta a esta pregunta, la empresa de seguridad Kaspersky se ha asociado con un diseñador de accesorios 3D de Estocolmo y juntos han creado una pieza única de joyería que aúna tecnología y arte: un anillo que funciona como una extensión de la identidad digital de una persona y que está diseñado para mantener a salvo los datos biométricos únicos de los usuarios.

Actualmente, el cuerpo humano se está convirtiendo en la clave de la autenticación digital reemplazando a pines numéricos y contraseñas. Muchos servicios son ahora digitales y automatizados, por lo que nuestros datos biométricos únicos se han convertido en un elemento esencial a la hora de desbloquearlos: utilizamos nuestra huella dactilar o nuestro rostro para desbloquear el teléfono móvil, para hacer pagos e incluso para acceder a nuestro hogar u oficina. Nuestros datos biométricos son únicos: solamente hay una persona en el mundo con esas huellas dactilares, rasgos faciales o iris oculares, y el uso generalizado de datos biométricos implica que se almacenen en numerosos lugares en distintas condiciones. A diferencia de las contraseñas, si los datos biométricos se ven comprometidos se pierden para siempre y no se pueden restablecer, como sí ocurre con una contraseña.

Desafortunadamente, este no es solo un problema teórico. En 2015, la Oficina de Gestión de Personal (OPM) de Estados Unidos fue hackeada y provocó la filtración de 5,6 millones de huellas dactilares. Más recientemente, más de un millón de huellas dactilares fueron descubiertas en una base de datos de acceso público. Ambos casos se suman a la lista de ejemplos en los que los investigadores han demostrado que existen esquemas de pruebas de concepto que permiten el robo de huellas dactilares con la ayuda de cámaras digitales y otras herramientas disponibles.

El anillo crea una huella ‘artifical’, de forma que las personas puedan desbloquear su teléfono y utilizar otros sistemas que requieren autenticación a través de una huella dactilar sin la preocupación de que sus datos biométricos sean robados.

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