¿Por qué es el 5 de agosto de 2025 uno de los días más cortos de la historia?

¿Sabías que hoy la Tierra gira más rápido de lo habitual? Algo extraño está ocurriendo bajo nuestros pies, y ni los expertos saben aún explicarlo del todo.

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Un reloj en París. / Murray Campbell en Unsplash
Manuela Núñez

05 de agosto 2025 - 06:59

¿Sabías que hoy la Tierra gira más rápido de lo habitual? Este 5 de agosto de 2025 durará un poco menos de 24 horas. En concreto, unos 1,51 milisegundos menos.

Puede parecer insignificante, pero es suficiente para convertirlo en uno de los días más cortos jamás registrados. Y no es casualidad: algo extraño está ocurriendo bajo nuestros pies, y ni los expertos saben aún explicarlo del todo.

La Tierra gira más rápido

Este 5 de agosto no será un día cualquiera. Según cálculos del Servicio Internacional de Rotación de la Tierra (IERS) y el Observatorio Naval de Estados Unidos, la Tierra completará hoy su giro 1,51 milisegundos más rápido de lo habitual.

Es decir, el día durará un poco menos de las 24 horas reglamentarias, algo casi imperceptible, pero científicamente relevante. Si las previsiones se confirman, será uno de los días más cortos desde que existen registros precisos.

No es un caso aislado: este verano ha traído consigo otros días inusualmente breves. El pasado 9 de julio, por ejemplo, se acortó entre 1,30 y 1,36 milisegundos, y el 22 de julio también mostró una reducción de aproximadamente 1,34 milisegundos.

Sin embargo, el récord absoluto sigue siendo el del 5 de julio de 2024, cuando la rotación de la Tierra se adelantó 1,66 milisegundos respecto al estándar de 86.400 segundos.

¿Cómo se mide la duración exacta de un día?

Aunque hablamos de “24 horas” como una constante, en realidad la duración de un día varía ligeramente. Para medir con precisión cuánto tarda la Tierra en completar una rotación, los científicos usan sistemas extremadamente sensibles como:

  • Relojes atómicos: con una desviación de apenas un segundo cada varios millones de años.
  • VLBI (Very Long Baseline Interferometry): redes de radiotelescopios que captan señales de quásares para calcular la orientación exacta de la Tierra en el espacio.
  • Satélites GPS: al registrar posiciones con precisión submilimétrica, ayudan a detectar incluso minúsculas variaciones en la rotación del planeta.

Estos datos son analizados por organismos internacionales como el IERS (Servicio Internacional de Rotación de la Tierra), que publica las diferencias respecto al tiempo atómico y alerta si es necesario ajustar el tiempo civil.

Un fenómeno que nadie esperaba

“La mayoría de los científicos creíamos que la Tierra estaba frenando lentamente, no acelerándose”, reconoce Leonid Zotov, geofísico de la Universidad Estatal de Moscú y una de las principales autoridades en la materia.

“Nadie esperaba esto. Los modelos atmosféricos u oceánicos no pueden explicar por sí solos este tipo de aceleración”, afirma en declaraciones recogidas por Time and Date.

Zotov apunta a lo que muchos en la comunidad científica ya sospechan: el origen estaría en procesos internos del planeta, probablemente ligados al núcleo terrestre.

A esto se suman fenómenos como el retroceso de los glaciares, la redistribución de masas por el cambio climático y la interacción gravitatoria con la Luna, que también influyen en la velocidad de rotación.

¿Y por qué justo ahora?

Uno de los factores coyunturales que más peso parece tener este verano es la posición de la Luna respecto al eje terrestre. Cuando nuestro satélite se sitúa más cerca de los polos, ejerce una menor fricción gravitacional sobre el planeta.

Como consecuencia, la Tierra puede rotar un poco más rápido. “Es como si quitaras el freno de mano durante unas horas”, explica Duncan Agnew, geofísico de la Universidad de California en San Diego.

Agnew también advierte de que estos saltos irregulares, aunque fascinantes, complican la gestión del tiempo coordinado universal (UTC), la base de muchos sistemas tecnológicos.

“Si esta tendencia continúa, podríamos enfrentarnos a la necesidad de restar un segundo al calendario, lo que nunca se ha hecho hasta ahora”, señala. Sería el primer segundo intercalar negativo de la historia, una medida extrema que ya se debate entre organismos como el IERS y el Bureau Internacional de Pesas y Medidas.

¿Qué es un segundo intercalar (y qué significa restar uno)?

Para mantener sincronizados el tiempo atómico (ultrapreciso) y el tiempo astronómico (basado en la rotación real de la Tierra), desde 1972 se introducen los llamados segundos intercalares.

Normalmente se suman segundos extra (por ejemplo, 23:59:60) cuando la rotación se ralentiza.

Pero si la Tierra gira más rápido de forma sostenida, podría ser necesario restar uno, es decir, saltarse un segundo (pasar directamente de 23:59:58 a 00:00:00).

Este “segundo intercalar negativo” nunca se ha aplicado hasta ahora, y plantea muchos desafíos técnicos, sobre todo para sistemas que requieren sincronización precisa al milisegundo.

¿Nos afecta en algo?

En el día a día, no. Nadie va a notar que hoy le falten milésimas de segundo.

Pero en sistemas que requieren una sincronización milimétrica -como el GPS, las bolsas de valores, los satélites o las redes de telecomunicaciones globales- estos ajustes son cruciales.

Un desfase acumulado, por pequeño que sea, podría alterar rutas aéreas, operaciones bursátiles o predicciones meteorológicas.

Lo cierto es que la rotación terrestre nunca ha sido perfectamente constante, y sufre variaciones por factores tanto externos (mareas, actividad solar) como internos (movimientos del manto y del núcleo).

Pero este patrón reciente, con varios récords batidos desde 2020, está llevando a los científicos a revisar sus modelos. “Hay algo que todavía no entendemos del todo”, admite Zotov.

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