Rincones con encanto
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Surcando saetas entre naranjos
Hasta mediados de la década de los 60, este enclave estaba cerrado hacia el oriente para abrirse mediante la calle de la Virgen de los Buenos Libros.
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Cuando el fin justifica los medios
Toma el nombre del teniente sevillano Luis Daóiz, nacido en la cercana plaza de la Gavidia y muerto en el campo de batalla durante la Guerra de la Independencia.
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Viernes Santo de Sevilla, casi nada
Se llamó Resolana y su nombre actual data del año 1889 y es en honor de Claudio Temprado Pérez, un capitán turolense que cayó en la guerra con los carlistas.
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Sorteando la vía más angosta
Su nombre actual viene de Caballerizas del Duque, que se le impone en 1713 y se debe porque por ella se accedía a las caballerizas del Palacio de Medinaceli.
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De puro azahar el último hálito
Esta calle lleva el nombre de un edil y teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería y conde de Cazal por gracia de Alfonso XII.
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Candelaria bajo un sueño onírico
Junto al Paseo de Catalina de Ribera, este enclave forma parte con indudable protagonismo y brillo enorme de la postal eterna de la Semana Santa de Sevilla.
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Recta para el 'crujío' y la zancada
Esta señorial calle del barrio fue en un principio arteria fundamental para el Compás de la Laguna, lugar donde proliferaban tahúres, ladrones, prostitutas y pícaros.
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Un ventisquero lleno de encanto
El tramo donde muere Placentines toma su nombre del bajón que pegan los termómetros sevillanos según se llega al cabo de la esquina del Palacio Arzobispal.
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Escenario de un desafío a la razón
Esta popularísima calle del Arenal recuperó en el año 2000 su primitivo nombre tras ser denominada Varflora durante cerca de siglo y medio.
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Sonido de 'soleá' y luz de alfareros
El antiquísimo Camino Real de Camas se llama con su nombre actual desde los albores del siglo XV, mucho antes de que Rodrigo de Triana diese la voz de ¡tierra!.