El Sevilla FC ha comunicado que Joaquín Caparrós no será el entrenador encargado de dirigir al equipo la próxima campaña. El utrerano, que comenzó la temporada como director deportivo, puesto que ahora ocupa Monchi, cierra su tercera etapa en el banquillo del equipo de Nervión tras sustituir a Pablo Machín, al que él mismo había contratado. El Sevilla FC señala no obstante que Caparrós seguirá vinculado al club con un puesto de relevancia en su organigrama deportivo.

El todavía técnico de la primera plantilla asegura que "las dos partes" tenían "muy claro" que no iba a seguir como entrenador. El utrerano felicitó al Simba por su campeonato liguero y auguró un partido divertido que afronta "con ilusión".

El utrerano seguirá ligado al club y el nuevo técnico será anunciado en los próximos días. Luci también deja de dirigir al Sevilla Atlético.

Monchi pondrá en Tanzania las primeras piedras de su gran proyecto. Proponer una nueva función para Caparrós y escuchar su respuesta, paso previo para la elección del entrenador.

La inicial reticencia de Caparrós a ser director deportivo tenía su fondo de razón: la plantilla no les sirvió ni a Machín ni a él mismo para ser cuarto. La plantilla evidenció carencias físicas en los diez meses de competición desde el lejanísimo 26 de julio.

Los antiguos fichajes de Monchi, Carriço, Banega, Ben Yedder o Sarabia, sostuvieron a una plantilla descompensada y con muchos problemas de lesiones.

Caparrós rubrica el epílogo más agridulce con el objetivo secundario y siendo 'verdugo' europeo del Athletic, y el goleador deja su futuro en el aire.

La tibia actitud del Athletic facilitó que Amadou, Rog y Gnagnon estuvieran cómodos y mandaran.

El entrenador del Sevilla lamenta no haber podido entrar en Champions, aunque se congratula de un último triunfo con el que evitó las rondas estivales de la Liga Europa. "No todos pueden presumir de estar en Europa", dice, antes de lamentar que el Athletic "no se llevase también el premio al final".

El Sevilla cierra un curso decepcionante en la paradoja de que, si media el milagro, puede terminar cuarto. Evitar el séptimo puesto es la premisa ante el fuerte Athletic de Garitano.