Una intervención compleja y delicada. La Catedral de Sevilla ha comenzado ya la reparación de uno de los pináculos góticos del templo. Esta pieza, situada en el extremos sureste del cuerpo gótico, ha sufrido algunos desprendimientos recientes, por lo que la Comisión Provincial de Patrimonio aprobó una intervención de emergencia. El complejo andamio, ya que el elemento se encuentra en un nudo a varias alturas, ya se encuentra colocado y se extiende hasta el mismo atrio de la Puerta de las Campanillas.

El plan director de la Catedral contempla la revisión anual de un número determinado de los 88 grande pináculos del templo. En una de las inspecciones rutinarias, el equipo técnico se encontró que en uno de estos elementos se estaban produciendo pequeños desprendimientos que podían estar anunciando problemas de mayor calado.

El pináculo sobre el que se va a intervenir.

El pináculo se sitúa en la esquina sureste del cuerpo gótico. Próximo a las fachadas renacentistas, donde durante mucho tiempo paraban los autobuses. Este es uno de los motivos que explican su actual deterioro. Los vehículos contribuyeron durante años a generar una costra negra debido la contaminación química. Esta capa negra superficial en la piedra ha ocultado el proceso de arenización. Este proceso termina diluyendo el pináculo y afecta a los lugares en los que la piedra ha sido más castigada. Es decir, las parte decoradas, llamadas crochés, que son las más débiles por haberse tallado.

En la mayoría de los pináculos existe un elevado número de estos crochés que hay que sustituir. El proceso de restauración se completará con una limpieza de la superficie de la piedra, para lo que se pueden aplicar distintos tratamientos, y la reposición de los pequeños fragmentos que puedan faltar. Además, se aplicará un consolidante para frenar la arenización y un hidrofugante para que el agua no penetre, ya que en el lugar son habituales las escorrentías.