Fútbol | Tercera RFEF

Al Cartaya le falta tiempo para completar la épica (2-2)

El Cartaya reaccionó a tiempo para evitar la debacle ante el Conil.

El Cartaya reaccionó a tiempo para evitar la debacle ante el Conil. / Manolo Camacho

Que me perdonen los que la padecen, porque la ansiedad es un tema muy serio que afecta a muchas personas en su vida diaria. Y el fútbol no deja de ser un juego. Pero hay equipos a los que se les ve a kilómetros. Y eso le ocurrió al Cartaya en otra primera parte para olvidar. Le pudo la ansiedad, que a veces se pone a jugar al lado de la pelota y se te nota en la cara, que se desencaja, no sonríes. Es como si la vida te aplastase, como si en tu vida hubieras visto un balón o te parece un animal desbocado que te quiere engullir. Así fue el primer tiempo del equipo de Amate, que acudió a la revolución sin revolución porque el equipo estuvo encefalograma plano. Así de simple.

Para colmo, a los 21 de partido, en una acción en la que llegaba en ventaja Mario, el futbolista se rompió de un latigazo en el muslo y dejó el camino expedito para Elías, que centró, rebotó en un defensa rojinegro y acabó en la red. Fue un drama del que no se recuperó el Cartaya en toda la primera parte. Mucha conducción, poco movimiento y el que hubo fue erróneo. Así acabó el primer tiempo, entre la preocupación y la zozobra.

El inicio de la segunda parte fue aún peor. Amate volvió a meterle otra vuelta de tuerca al once, quitó a Tavira y Fran Palma y metió a Vargas, que debutaba y a Rubén Cabeza. Ni aún así, porque a los seis minutos de la reanudación el Conil hizo el segundo. La mañana se puso gris y el Cartaya entró en trance. No había por dónde cogerlo.

Fue entonces cuando Amate se lio la manta a la cabeza y giró de curva saliente. O remontada o estrellarte, debió pensar el técnico. Wocjik y Miguel Fernández al escenario. Fuera Lolo y Novoa. Era apostar todo a la épica. Y a veces, apostar fuerte porque no te queda otra da resultado. Si ante el Ceuta, Ciudad de Lucena o Antoniano los empates supieron a derrota porque pudo ser mejor, la igualada ante el Conil sabe a gloria bendita porque el Cartaya estaba muerto y casi en la sepultura cuando tocó a rebato y resucitó.

El Cartaya mostró dos caras y al final sacó un punto. El Cartaya mostró dos caras y al final sacó un punto.

El Cartaya mostró dos caras y al final sacó un punto. / Manolo Camacho

Primero con una jugada de cine de Vargas, que arrancó en galope tendido y provocó un penalti que él mismo transformó. Minuto 78 de juego. Y luego con un centro chut de Pepe que se envenenó, cogió al portero gaditano con la mente puesta en otro sitio y el balón se metió en su portería. Era el minuto 86 y de repente era otra vida y otro partido. Ahora el que entraba en trance era el Conil, que no alcanzaba explicación posible al desenlace.

El crecimiento local era de locura y el achicamiento visitante era una evidencia. Pero faltaba el tiempo, ese que es el único juez insobornable. En todo caso, el punto es de valor máximo. Por lo que representa y por lo que puede representar de cara al futuro. Recuperar ánimo y sensaciones, dejar atrás la ansiedad, con perdón de la palabra para todas las personas que desafortunadamente la padecen.

Ficha técnica

Cartaya: Marco Montaño, Pepe, David Novoa (Miguel Fernández), Francis Ruíz, Mario Díaz (Álex Barragán), Ponce, Toni, Marco Tavira (Rubén Cabezas), Lolo Contreras (Wojcik), Antonio Molina, Fran Palma (Vargas).

Conil: Navas, Charli, Molina, Calderón, Elías (Vidal), Óscar, Cuenca (Bazo), Gonzalo, Kiko, Ismael (Cuervi), Álvaro (Popi).

Goles: 0-1 min.21 Elías; 0-2 min.51 Ismael; 1-2 min.78 Vargas; 2-2 min.85 Pepe.

Árbitro: Medina Blanco del colegio cordobés. Mostró cartulina amarilla por los locales a Tavira y Novoa. Y por los visitantes a Ismael, Calderón, Navas, Cuenca y Molina.

Incidencias: Estado Luís Rodríguez Salvador. Unos 400 espectadores.

RESULTADOS

CLASIFICACIÓN

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