Fútbol | Tercera RFEF

Bollullos y Cartaya se citan en medio de la igualdad más absoluta

  • Ambos entrenadores apuestan por el buen trato de la pelota (domingo, 12:00). El que gane reforzará su idea y dará un respingo en la tabla. Se espera lleno en el municipal Eloy Ávila Cano

El Cartaya afronta un duelo provincial marcado por la igualdad.

El Cartaya afronta un duelo provincial marcado por la igualdad. / AD Cartaya

Llegados a este punto de la Liga los mensajes ya no confunden a nadie. Se cumple la sexta jornada, más de un mes largo de competición y las vestimentas se divisan de lejos, las vestimentas y las intenciones, los semblantes y las potencialidades. Dicen que el algodón no engaña y los resultados tampoco. Y después están los caminos que eligen cada cual para llegar al objetivo, aunque algunos no se lo marcan por lo que pudiera ser en el futuro. Aquí, en este punto, hay que tener en cuenta que en el fútbol no existe el futuro y cuenta, materialistamente hablando, los puntos, los que sumas y los que dejas de sumar. Porque, además, de filosofía no se vive y, aunque seas un romántico, las aficiones se encargan de recordarte que ganar es lo importante.

Hay entrenadores, por fortuna para este circo, que aún creen en las meigas y los que no adornan su nacimiento en esos lugares, recitan poesías de Alberti, aunque la poesía no sea lo suyo. En todo caso, se les entiende. Es como vivir apartado del mundo, instalarse en una creencia, aunque los demás no te sigan, tú sigues predicando. Tiene mérito el asunto.

El caso es que recitales de poesías aparte, en cualquier lugar del planeta y de las meigas en otro, en el derbi de Tercera, de este domingo a las doce en tierras condales, se miden, al margen de los dos equipos, dos entrenadores que predican conceptos tan iguales y al mismo tiempo tan diferentes en la expresión, que conjugan un cúmulo de sensaciones que merecerá la pena poner en el foco en los banquillos. Y hay que añadir que se miden dos amigos, con todo lo que ello comporta.

Referente al partido en sí, desde que comenzó la Liga, el Cartaya ha vivido más de sensaciones que de resultados. La imagen está siendo de notable, pero no acaba de romper como consecuencia de errores puntuales que le están obligando a pagar un alto peaje. Rota, Ceuta y Antoniano son muestras elocuentes.

En el otro rincón, el Bollullos, del que se dudó profundamente en las tres primeras jornadas, cero patatero en lo que a puntos se refiere. Pero fíjense como es la vida y el fútbol que en dos partidos le ha dado caza al equipo de Amate. Mario Rodríguez, uno de esos entrenadores que viven al margen de la ley que gobierna el fútbol y sus declinaciones, se mantuvo firme en sus ideas y sus jugadores en la comunión de los santos. Y así, ya respira sin precisar la asistida.

Si uno quiere el balón, el otro discute airadamente. Como pueden entender, el partido planteará un debate desde el tuétano y veremos por dónde sale el asunto. Porque lo que está claro es que sin la pelota sufren lo indecible.

El Cartaya tiene problemas de realización ante el marco contrario para lo que genera y al Bollullos le ocurre exactamente lo mismo. Es como si estuviéramos hablando de un clon aunque con matices.

Así el panorama, aventurarse a un pronóstico es aventurarse demasiado. Es mejor dejarse llevar y no perder detalle. Porque pase lo que pase, es posible que no nos equivoquemos si afirmamos que habrá fiesta y baile. Todo lo que no sea eso, con la propuesta que predican, sería una desilusión. Que salgan y jueguen, que  Huelva entera estará pendiente de un modo de vida, de dos equipos apostadores por jugar a la pelota. Y eso, sólo eso, ya ilustra la cita.

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