–¿Qué supone para Banco Santander el sector agroalimentario andaluz en relación con su volumen de negocio?

–El Sector agroalimentario andaluz, que representa el 24% de la renta agraria nacional y un 12% del PIB andaluz, supone para Santander Andalucía el 12% del total de su actividad con 6.500 millones de euros. Contamos con 120.000 clientes actores de la cadena agroalimentaria, estando presentes en cada una de las transacciones que realizan, ayudando al productor a sembrar, recolectar y vender su producto de la manera más eficiente y sostenible y a las empresas agroalimentarias a ser más competitivas en los mercados nacionales e internacionales.

–¿Qué nivel de crecimiento en este segmento están experimentando en los últimos años? ¿Qué posicionamiento tienen en Andalucía?

–En el 2022 Santander Andalucía Agro ha puesto a disposición del sector 1.250 millones de euros de inversión, con un crecimiento del 5%, apostando por este sector estratégico en nuestra comunidad, siendo referentes en cada una de las plazas que respira “campo e industria agroalimentaria”.

–¿Cuáles son sus principales potencialidades frente a otros bancos que también operan en el ámbito del agro?

–Especialización y cercanía. Equipos especialistas en el sector con comerciales y unidades de riesgos formados por ingenieros agrónomos y agrícolas que conocen los ciclos del sector anticipándose a las necesidades de nuestros agricultores, ganaderos y empresas. Tenemos más de 180 oficinas por toda la geografía con foco en el negocio agroalimentario. Recientemente hemos inaugurado 14 “córner agro” en comarcas muy estratégicas en el “campo andaluz”.

–La marca Santander suele asociarse con seguridad y solvencia. ¿Es así también en el sector agroalimentario?

–Están alineadas las unidades comerciales y de riesgos en el día a día. Un continuo conocimiento de nuestros clientes y sus necesidades hacen que tengamos al sector con tasas de mora por debajo de la media.

–¿Cree que tiene futuro la agricultura en Andalucía, en un contexto de progresiva pérdida de población rural? ¿Cómo ayuda Santander Agro a evitarla o ralentizarla?

–Siete de cada 10 municipios en Andalucia pierden población. El éxodo se ensaña con los municipios de montaña y los dependientes de la agricultura de secano, mientras crecen las zonas de agricultura intensiva. Desde Santander seguimos apostando por mantener oficinas en entornos rurales. Tenemos 153 oficinas en plazas de menos de 5.000 habitantes. Además, queremos ser protagonistas en la transformación del campo andaluz, para hacerlo más eficiente, generando actividad y empleo y así poder fijar población.

–¿Cómo está siendo la transición tecnológica en la relación de los clientes con la división agro del banco?

–Estamos ayudando a transformar digitalmente nuestro sector, siendo otra de nuestras apuestas más importantes. Destacar el Préstamo I+D+I Agro y el Cuaderno de Campo Digital, una herramienta que permite a los empresarios registrar toda la información de sus explotaciones, uso de fitosanitarios, tipo de semillas, cabeza de ganado o maquinaria agrícola, para una agricultura más sostenible y digital. Fuimos el primer banco en lanzar una app orientada al sector agroalimentario, que ofrece información completa para cubrir las necesidades de los agricultores y ganaderos.

–¿En qué tipo de proyectos están poniendo el foco Santander Agro en Andalucia?

–En proyectos que ayuden a transformar el campo andaluz, que beneficien a nuestros agricultores y ganaderos. Hemos puesto especial foco en algo tan importante como “ la escasez de agua”. Hace un año constituimos la Mesa del Agua con los principales actores de Andalucía y estamos en contacto con la Administracion Pública para buscar acuerdos de colaboración público-privados que nos ayuden a la gestion, optimización y mejor reparto del agua. El Agua va a ser el oro del futuro, y en Andalucia tenemos muy poca. Herramientas como los Fondos Next Generation nos tiene que ayudar a abordar estos proyectos , junto a nuestro Fondo Smart Agro dotado de 500 millones euros para empresas que quieren ampliar sus inversiones y acometer nuevos proyectos de crecimiento, transformación de fincas, digitalización y creación de empleo.