Finanzas

Sector agroalimentario español: sólido en el exterior, más productivo y competitivo en 2020

  • El director adjunto del Ivie y coordinador de la investigación, Joaquín Maudos, destaca la "resiliencia brutal del sector primario" en la presentación del cuarto ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo. Informe 2020’ de Cajamar

  • El sector agroalimentario eleva su peso en el total de la economía y aporta el 9,7% del PIB de España

  • El esfuerzo en I+D, aunque se acorta la brecha con los vecinos europeos, sigue como asignatura pendiente

Joaquín Maudos, Eduardo Baamonde y Roberto García en la presentación del cuarto ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo. Informe 2020’ de Cajamar

Joaquín Maudos, Eduardo Baamonde y Roberto García en la presentación del cuarto ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo. Informe 2020’ de Cajamar / Diario de Almería

El pasado año fue, según Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, “un año extraordinario en todos los sentidos y lleno de sorpresas”. Y es que la irrupción de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 rompió todos los esquemas. Hoy, la entidad financiera ha presentado el cuarto ‘Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo. Informe 2020’, en el que queda patente el carácter estratégico de este sector, que aumenta su peso en el total de la economía española, se hace más competitivo e incrementa su apuesta por la internacionalización, con una subida de las exportaciones y de las empresas que comercializan regularmente fuera de las fronteras nacionales. A pesar de ello, continúa con retos pendientes como su déficit de inversión en I+D+i, si bien acorta distancias respecto al resto de países de la Unión Europea, y la digitalización.

Joaquín Maudos, director adjunto del Ivie y coordinador de la investigación, ha sido el encargado de explicar las claves puestas de manifiesto en el observatorio. En cuanto al tamaño y crecimiento del sector agroalimentario español (sector primario, industria y distribución), éste aporta ya el 9,7% del VAB (valor agregado bruto) de la economía (99.355 millones de euros), en este sentido su peso aumenta un 0,6%, a pesar de que su VAB real cae un 2,5% como consecuencia de la pandemia; aún así esta caída es muy inferior a la del 10,8% que experimenta el PIB (producto interior bruto) total. Teniendo en cuenta solo el sector primario, su VAB aumenta un 5,3% en 2020 (hasta en torno a los 59.000 millones de euros), a pesar de la caída en la industria de la transformación y en el comercio. “Ello muestra la resiliencia brutal del sector primario”, dice Maudos. Con todo, el peso en España del sector agroalimentario en su conjunto es superior al de la media de la UE de los 27, un 9,7% frente al 6,5%.

España es el cuarto país que más aporta al VAB del sector agroalimentario en el contexto europeo (12,7%), tras Francia, Alemania e Italia; sobre todo, en lo que respecta al sector primario (15,5%), teniendo el liderazgo por productos los cítricos, el aceite de oliva y el porcino, donde el país español es el primero; y siendo el segundo que más contribuye a la producción total de la Unión en vegetales frescos y plantas y flores.

En cuanto al empleo, Maudos expone que el sector agroalimentario español emplea a 2,27 millones de trabajadores, el 11,7% del total, de ellos 392.000 en la industria, 719.000 en el sector primario y 1,16 millones en la distribución. En 2020 el empleo se resiente y cae un 4,6% con 111.000 empleos menos estos según datos homogeneizados en Europa, no del Instituto Nacional de Estadística. “Ha descendido menos el PIB del sector de lo que ha caído el empleo, por lo que un empleado es capaz de producir más, por lo que crece la productividad”. En comparación con la UE, el peso del empleo del sector es mayor en España, con el 11,7% que en la media de los 27, 10,8%. “Somos la sexta economía de la Unión Europea, aportamos el 10,5%).

La productividad del sector agroalimentario se sitúa un 38% sobre la de la UE-27

“Excelente dato de productividad y competitividad”. Sobre la productividad, el coordinador del observatorio señala que el pasado ejercicio ha ido bien a pesar de la caída del VAB del 2,5%, el empleo se ha resentido más, por lo que la ratio VAB por empleado ha crecido. “La industria agroalimentaria es con diferencia la más productiva de las tres ramas, alcanza un nivel de productividad por ocupado casi duplica al sector de la comercialización, por tanto en la cadena de valor, la industria es la que más valor aporta”. La productividad agregada de todo el sector agroalimentario español aumenta un 2,2%, gracias sobre todo al sector primario, que incrementa el VAB en un 5,3% en un contexto de caída del 10,8% de la economía española, por lo que la productividad en este ámbito crece un 12,6%. En la comparativa europea, el español es un 38,8% más productivo, destacando la agricultura que multiplica por 2,3 la media europea, “donde somos un poco menos productivos, un 2% es en la distribución de productos agroalimentarios”.

“No es lo mismo productividad que competitividad. Para que una empresa sea competitiva tiene que aumentar sus costes laborales a un ritmo que le permita su productividad”. España es competitiva porque tiene costes laborales unitarios inferiores a la media europea, “magnífica noticia. Para el total del sector agroalimentario somos un 32% más competitivos. Si eliminamos la fase de distribución que se resiente, la agricultura e industria es un 54% más competitiva que la media de la UE”. Maudos destaca la agricultura que tiene unos costes laborales unitario que son solo el 29% de la media europea, por lo que es un 71% más competitiva que la media”.

El peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra aumenta con fuerza en 2020, pasando del 19,6% al 24% en el contexto de la COVID-19, además es superior a la media europea que destina el 20,3%, radicando la mayor diferencia en los alimentos, ya que en España se dedica el 21,3% frente al 16,4% en la UE. El trabajo estudia también la variación de precios y el coste de la cesta de la compra de productos agroalimentarios en España y su comparación con la Unión Europea. En 2020 el precio de los alimentos aumenta en España un 1,1%, idéntico valor al de la UE-27. ¿Dónde se compra más barato los alimentos teniendo en cuenta el precio y el nivel de vida en una economía? En esta línea, el observatorio muestra que en España se disfruta de alimentos un 5,6% más baratos que la media europea, de bebidas no alcohólicas un 7,6% más económicas y de alcohólicas un 11,9% más baratas.

“El sector exterior en el agroalimentario brilla por sí solo”. España exporta en el último año productos por valor de 54.840 millones de euros -máximo histórico con un aumento del 2,3%-, un 20,4% del total de bienes y servicios enviados desde el territorio nacional, muy por encima del resto. “Tenemos un sector que es el pilar fundamental de nuestra balanza de bienes y servicios. España es la cuarta economía exportadora de alimentos y bebidas de la Unión”. Por países de destinos, destacan las compras que hacen en este Estado los vecinos comunitarios, el 63,4%, siendo Francia el que más, seguido de Alemana, Italia, Portugal y Reino Unido (que este año ya no pertenece a la UE de los 27), “hay un tema interesante y es que China ya se sitúa por encima de Estados Unidos en 2020”. Sobre este tema, Roberto García, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, pone en valor la progresiva diversificación del destino de las exportaciones españolas: “Si en el año 2008 los 27 países que conforman la actual Unión Europea representaban el 72,6% de nuestras ventas al exterior, actualmente suponen el 62,8% por el incremento de las ventas en otros mercados”. Respecto a los principales productos exportados destacan las frutas y frutos comestibles (18%), las carnes (15,7%) y las legumbres y hortalizas (13%).

Por otro lado, el informe destaca el crecimiento del 1,1% en el número de empresas exportadoras del sector, que alcanza las 18.077 compañías, lo que es un rasgo a remarcar en el contexto de la crisis de la COVID-19. También en este aspecto, la resiliencia del sector agroalimentario contrasta con la destrucción del tejido productivo exportador en el país durante 2020, con la desaparición del 6,3% de compañías exportadoras en el conjunto de sectores productivos.

España lleva dos décadas consecutivas de superávit en su saldo comercial del sector agroalimentario, siendo en 2020 de 18.429 millones de euros, un 25,4% más que en el año anterior y siendo el segundo más elevado de la UE, solo detrás de Países Bajos; además, tras el Brexit, España aporta el 40% del superávit de la Unión.

Uno de los retos pendientes es la inversión en I+D si bien la brecha se acorta respecto a los vecinos de la UE. Así, el observatorio cifra la inversión empresarial en 354 millones de euros en 2018 (último dato disponible), lo que representa un crecimiento del 11,7% respecto al ejercicio anterior. Este incremento casi duplica al registrado por el sector en la UE-27 (6,5%) aunque el esfuerzo inversor del sector agroalimentario está por debajo del europeo desde hace más de diez años (0,61 % de su VAB frente al 0,75 %, en 2018). El retraso en la incorporación de la digitalización, la exposición a los riesgos del cambio climático y el reducido nivel de capitalización son otras amenazas del sector de acuerdo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliancia.

Eduardo Baamonde concluye con la capacidad del sector agroalimentario para abastecer a la población española confinada y, además, crecer en exportaciones. De igual modo insiste en el reto de apostar más en la I+D para aumentar la rentabilidad, aún así suscribe: “El sector está reaccionando de forma admirable ante los retos”.

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