Sociedad

El GREIM de la Guardia Civil de Granada ha realizado un total de 70 rescates en montaña en lo que va de año

Chico escalando una montaña

Chico escalando una montaña / Christoph Deinet

En lo que va de año, el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil de Granada ha realizado 70 rescates, uno menos que los que se realizaron el año pasado en el mismo periodo de tiempo. En su mayoría, se trata de accidentes que surgen por no conocer los riesgos del terreno al que van a exponerse.

Fuentes del Instituto Armado han señalado que en estos 70 rescates el GREIM ha auxiliado a 84 personas. Esta cifra ascendió hasta los 91 auxiliados en el mismo periodo del año pasado.

Se da la circunstancia de que en los últimos días fueron rescatados cuatro montañeros de Barcelona, con edades entre los 16 y los 53 años, que se quedaron enriscados cuando hacían el descenso del río Verde, en término municipal de Otívar, en la comarca de la costa.

Según indicó la Guardia Civil en un balance de la primera mitad del año, el pasado 30 de julio, en más de la mitad de los rescates fue necesaria la activación de la Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil de Granada, motivado principalmente por la complejidad del acceso al lugar del accidente.

La mayoría de las personas a las que la Guardia Civil ha tenido que auxiliar carecían de guía titulado que les acompañase y no estaban federadas, sino que son personas que decidieron realizar alguna actividad en la montaña, desconociendo los riesgos que puede entrañar o el equipo y la preparación necesarias para llevarla a cabo, por lo que quedaron en una situación vulnerable que hacía urgente acudir en su ayuda.

Aunque por lo general el GREIM de la Guardia Civil se activa para llevar a cabo rescates de personas accidentadas, en ocasiones también llevan a cabo la recuperación de los cuerpos de fallecidos y desarrollan las funciones de policía judicial específica en aquellos lugares de difícil acceso para las unidades de investigación.

Así ocurrió el pasado mes de abril en el que fueron requeridos para recuperar los cadáveres de dos personas que habían aparecido en el fondo de un barranco con signos de violencia que apuntaban a que dichas personas no habían fallecido por accidente, por lo que, a la complejidad que de por sí entraña un rescate de este tipo, los agentes tuvieron que sumar la necesidad de actuar con la premisa de preservar todas las pruebas que pudiesen ayudar a esclarecer lo ocurrido, según ha indicado la Guardia Civil.

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