A través de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, más conocida como Ley de Memoria Histórica, se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura franquista española.

Esta norma, de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido utilizada por el Ayuntamiento de Madrid, a iniciativa del partido ultraderechista Vox -pero apoyada por el Partido Popular y Ciudadanos-, para eliminar del callejero a Francisco Largo Caballero -la Avenida Largo Caballero y la placa del barrio donde nació ubicada en la Plaza de Chamberí- e Indalencio Prieto.

En el artículo 15 de la mencionada ley en el que pretende basarse la Resolución del consistorio madrileño, lo que se impone es que se retiren escudos, placas, nombres de calles y estatuas de personas o hechos que simbolicen la "exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".

Desvirtuando la memoria

Es paradójico, resaltan las voces en contra de esta decisión, que, precisamente, que esta ley, que nació para restaurar la memoria de los represaliados por el franquismo, se utilice "de manera torticera" en contra de ellos, cuando ambos personajes fueron los que se opusieron a esa sublevación dictatorial y sufrieron sus represalias, confinamiento y exilio.

Largo Caballero fue presidente del Gobierno en la II República y defendió la democracia y la legalidad vigente. Asimismo, además de ser vicesecretario de UGT desde 1902 y Secretario General desde 1918, fue Ministro de Trabajo, encabezando el proyecto reformista que sentó las bases del Derecho del Trabajo en España, en el marco de las normas laborales internacionales procedentes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En septiembre de 1936, después del golpe de Estado de Franco, Largo Caballero es elegido presidente del Gobierno y ministro de la Guerra. Tuvo que exiliarse en 1939 y fue internado en el en el campo de Sachsenhausen. En 1945, al terminar la II Guerra Mundial, es liberado por las tropas rusas regresando a Francia donde residió hasta su muerte en París el 23 de marzo de 1946. 

Sus restos fueron trasladados a nuestro país el 8 de abril de 1978, siendo enterrado en el cementerio civil de la capital.

En el otro lado de la balanza, por su parte, Indalencio Prieto -que desde muy joven se unió a las filas del PSOE- trabajó como periodista en el diario El Liberal, donde contactó con círculos republicanos.

Fue bajo la presidencia de Largo Caballero, antes del estallido de la guerra nacional, que Prieto ocupó el cargo de un breve Ministerio de Marina y Aire. Con posterioridad, decidió apartarse del Gobierno e irse a Latinoamérica, donde le sorprendió el final de la guerra y, desde aquel ámbito, pactó con los monárquicos el respaldo de la restauración democrática en España.

Así las cosas y, a pesar de la probada lealtad a la Democracia de ambos personajes, entendidos dentro de su contexto histórico, Javier Ortega Smith, el portavoz de Vox, ha asegurado en relación a la decición de eliminar sus nombres del callejero madrileño, "que personajes siniestros de nuestra historia no deben formar parte de los nombres de las calles y las plazas", para concluir que "no es revisionismo, es acabar con la mentira histórica".

UGT ha anunciado que sus servicios jurídicos interpondrán un recurso contra tal decisión.