La "nueva normalidad" se queda pero el tiempo veraniego dice adiós y vuelven los abrigos y el olor a castaña invade las grandes ciudades. El horario invernal ya está aquí y las manijas del reloj deberán atrasarse una hora en la madrugada del domingo 25 de octubre. Más concretamente, deberá hacerse a las tres de la madrugada para que vuelvan a ser las dos.

Las bajas temperaturas, las lluvias, nevadas y el coronavirus seguirán con nosotros hasta el 4 de abril de 2021 que es la fecha indicada para volver al idílico horario estival. Como curiosidad, este cambio horario se viene haciendo en nuestro país desde 1996 y su aprobación se llevó a cabo para disminuir el consumo de energía eléctrica aprovechando el tiempo de luz natural.

Como afecta el horario de invierno

Es obvio que atardecerá y amanecerá una hora antes, por lo que las tardes se hacen más cortas y las personas suelen acudir a sus hogares pronto. Para los expertos, el horario invernal trae aspectos beneficiosos para la salud ya que concilia a la perfección las horas de luz con el ritmo de actividad necesario.

En términos de salud, estos cambios suelen afectar a personas mayores, con patologías, bebés lactantes o mascotas. Para que se hagan una idea, los efectos que pueden presentar este tipo de personas son similares a los del jet-las tras un vuelo de muchas horas.

Todo sea por el ahorro energético

Según los expertos, se estima que el ahorro energético total es de un 5% sólo en el territorio español. Es decir, unos 300 millones de euros que ahorramos en unos tiempos de crisis en los que no vienen nada mal. De esta cantidad, casi 100 millones correspondes al uso doméstico y el resto a la industria y el tejido empresarial asentados en nuestro país.

Aún así, el cambio de horario puede que tenga fecha de caducidad. Se quiso acabar con él en 2019, pero las circunstancias han hecho que esta decisión pueda tomarse para 2021. Así, los países que quieran tener el horario de verano cambiarán en abril la hora y los que no, en octubre.