Causa criminal

¿Cómo continúa el caso Alcàsser 30 años después?

Miriam, Toñi y Desirée, las niñas secuestradas y asesinadas en Alcasser en 1992

Miriam, Toñi y Desirée, las niñas secuestradas y asesinadas en Alcasser en 1992

El pasado 13 de noviembre se cumplieron 30 años de la desaparición de Miriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcàsser. 

Hoy, 27 de noviembre, se cumplen 30 años desde que se hallaron sus cuerpos en una zona de campo cercana a la comarca en la que las tres niñas vivían junto a sus padres.

Los encontraron dos apicultores que pasaban por la zona y que divisaron lo que parecían ser los huesos de una mano sobresalir de la tierra y en cuya muñeca había un reloj.

Tres décadas después el caso sigue sin estar del todo claro. La única persona que ha cumplido condena por él ha sido Miguel Ricart mientras el que siempre se ha tratado como principal sospechoso, Antonio Anglés, continúa desaparecido. 

La desaparición

Miriam, Toñi y Dessiré, tres amigas de 14 y 15 años originales del pueblo de Alcàsser (Valencia) se dirigían, como muchas jóvenes de su edad, a una fiesta en la discoteca Coolors, del pueblo de al lado (Picassent), la noche del 13 de noviembre de 1992.

Antes de salir de casa habían estado con otra amiga, Esther, que había decidido quedarse en la cama esa noche por estar enferma. De camino al local, las tres chicas decidieron hacer autostop.

La separación entre ambos municipios no superaba los 2 kilómetros, era un trayecto que se hacía en 6 minutos en coche, y se trataba de una práctica muy habitual entre los adolescentes de la zona para ahorrarse en paseo.

El coche que paró, un Opel Corsa blanco, iba con cuatro ocupantes en su interior entre los que estaban Antonio Anglés, autor principal de los hechos, y Miguel Ricart, la única persona que ha cumplido condena por los mismos.

En el instante en el que las tres jóvenes se metieron en el coche no se vuelve a saber nada más de ellas hasta el 27 de enero de 1993, tres meses más tarde, cuando dos apicultores que paseaban por el campo hallaron los restos óseos correspondientes a una mano que sobresalían de la tierra y en cuya muñeca había un reloj.

Cuando la Guardia Civil se presentó en la zona junto a decenas de periodistas que habían seguido el caso muy de cerca, comprobaron que junto a estos restos estaban los de otros dos cuerpos, que pertenecerían a Miriam, Toñi y Dessiré, las niñas de Alcàsser.

Entre los cuerpos encontraron un volante médico hecho pedazos que, una vez restaurado, llevó a los investigadores al domicilio de los Anglés. El nombre que rezaba en dicho informe era el de Enrique Anglés, una persona completamente dependiente de la que se descartó la idea de que hubiera podido ejecutar el crimen.

Es por eso por lo que el foco se puso, inmediatamente, sobre su hermano, Antonio Anglés, un hombre con un amplio historial delictivo que ya había cumplido condena por secuestrar, torturar y maltratar a otra joven.

Durante la noche en que las tres menores desaparecieron tanto él, como Miguel Ricart, las violaron, torturaron y asesinaron para después enterrarlas cerca de la cabaña en la que habían tenido lugar los hechos, en el pueblo valenciano de Tous.

Reanudación del caso

El caso, que prescribe en 2029, volvía a salir a la luz hace unos meses tras considerarse que se debía reanudar por contar con técnicas de análisis de ADN más sofisticadas que las que entonces emplearon.

Por ello el Juzgado número 6 de Alzira reanudó el caso para volver a analizar la moqueta en la que fueron envueltas las niñas así como un trozo de papel mojado que encontraron en el lugar de los hechos y que podrían pertenecer a la entrada de una discoteca.

Esta solicitud de continuar con la investigación del crimen de Alcàsser vino de la mano de Félix Ríos, criminólogo fundador de la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención. Su intención es la de recoger muestras de ADN que puedan relacionar directamente a Anglés con los hechos ya que, según justifica, no hay indicios claros de que éste tuviera algo que ver con lo que le pasó a las chicas.

De forma paralela y aun a pesar del tiempo transcurrido, la Policía Nacional y la Europol se disponen a poner en marcha una nueva campaña internacional para localizar a Antonio Anglés, prófugo del que se perdió la vista en un barco con rumbo a Liverpool ese mismo año.

Puesto que no se ha encontrado su cuerpo, Anglés sigue oficialmente vivo. Por eso la Asociación Laxshmi para la Lucha Contra el Crimen y la Prevención presentó la semana pasada un informe ante el Juzgado con la imagen digital del que podría ser el aspecto actual de Anglés.

En este escrito los criminólogos sugieren, además, que se reanalicen las muestras de ADN obtenidas el año del suceso con las técnicas más modernas que se posean, para que esto pueda arrojar pistas sobre su paradero.

 

 

 

 

 

 

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