Sociedad

El Vaticano señala como pecado dañar el medio ambiente o acumular riqueza

  • El obispo Girotti da a conocer una nueva lista que se adapta a la globalización

Los Diez Mandamientos y los Siete Pecados Capitales no son suficientes en los tiempos de la globalización. Monseñor Gianfranco Girotti, director del penitenciario apostólico -organismo que supervisa la confesión y las indulgencias plenarias de la Iglesia-, aseguró que la vieja lista de pecados elaborada por el Papa Gregorio Magno en el siglo VI y popularizada por Dante en La Divina Comedia, no basta para describir los tiempos modernos.

"Uno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear a la mujer del prójimo, sino también cuando uno daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y manipulación genética, acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas y ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social", afirmó Monseñor Girotti en una entrevista publicada por el órgano oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano.

La nueva lista de Monseñor facilita un poco las cosas porque en vez del tortuoso examen de conciencia de la confesión y la sinceridad del arrepentimiento de antaño, basta con consultar la revista Forbes para encontrar quiénes van a poblar el infierno.

De acuerdo con el ranking de súper millonarios publicado a principios de marzo por la revista, se puede anticipar que los primeros candidatos serían el inversor Warren Buffet, campeón indiscutible en el rubro de las fortunas obscenas, el mexicano Carlos Slim, número dos, y el conocido Bill Gates.

Con el pecado mortal de la contaminación ambiental habría que deslindar responsabilidades o directamente enviar al infierno a la mayoría de los estadounidenses, los grandes contaminadores del planeta, y también a los chinos, que si siguen así no se salvan de las llamas.

Y los científicos dedicados a la manipulación genética, irán derechos al infierno.

Los narcotraficantes nunca se hicieron ilusiones respecto a su destino, pero el caso de los drogadictos parece más complejo: ¿sería justo que terminaran en el infierno después de haberlo vivido ya en la tierra? ¿No deberían tener una conmutación de la pena?

En 1999 el entonces papa Juan Pablo II aclaró que el infierno no era un lugar sino una situación: el alejamiento de Dios. El año pasado, el actual papa Benedicto XVI dijo que el infierno existe.

Ante el nuevo recordatorio hecho este fin de semana por el obispo Gianfranco Girotti, fuentes oficiales del Vaticano precisaron ayer que estos pecados no son nuevos, que ya están en el Decálogo (Diez Mandamientos) y lo que se hace es aplicar ahora la ley moral a las nuevas situaciones sociales.

A este respecto, una fuente vaticana recordó el reciente documento del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes sobre las carreteras, en el que denunció que el automóvil se ha convertido en un objeto de ostentación y vanidad para suscitar envidia, y señaló que el "primer mandamiento" del conductor es "no matarás".

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