Sociedad

El Papa aconseja acoger a los refugiados con "prudencia"

  • Francisco señala que el refugio es una obligación de los gobiernos europeos, pero que también lo es "calcular cómo poder colocarlos".

El papa Francisco habló este martes de la obligación de acoger a los refugiados, aunque "con prudencia" para facilitarles la integración, y de la secularización en Europa, en la rueda de prensa en el avión de regreso de su viaje a Suecia.

A los medios que viajaban con él después de participar en los actos conmemorativos de la Reforma protestante, Francisco explicó que los Gobiernos no pueden cerrar las fronteras a los refugiados, pero también aconsejó "prudencia" a la hora de acogerlos en base a las posibilidades de cada país. "En teoría no se puede cerrar el corazón a un refugiado, pero también hay que usar prudencia. Los gobiernos tienen que ser muy abiertos a la hora de recibir, pero también calcular cómo poder colocarles", explicó Jorge Bergoglio. Aseguró que "no es humano cerrar las puertas, no es humano cerrar el corazón y a la larga se paga y se paga políticamente".

Pero agregó que también "se paga políticamente la imprudencia en los cálculos de recibir más de los que se puede integrar". Francisco recordó que los refugiados que no se integran acaban "en guetos" y que "una cultura que no desarrolla en la relación con las cultura de los otros puede ser algo peligroso". No obstante, afirmó que Europa no tiene que tener miedo de la llegada de otras culturas, "porque Europa se ha construido con la integración de varias".

Francisco también distinguió entre emigrantes y refugiados al considerar que "emigrar es un derecho, pero que tiene que ser tratado con algunas reglas", mientras que "los refugiados huyen de la guerra, del hambre y de situaciones terribles y el estatus de refugiado necesita más cuidado y más trabajo". El Pontífice argentino viajó el lunes a Suecia para participar en los actos de conmemoración de los 500 años de la Reforma protestante y donde ha podido volver a encontrarse con la arzobispa y primada de la Iglesia Luterana de Suecia, Antje Jackelen.

Sobre la ordenación femenina, que consienten los protestantes, Francisco elogió la figura de la mujer también en la Iglesia católica, pero reiteró que Juan Pablo II (en su documento Ordinatio Sacerdotalis) dejó claro que no era posible ordenar sacerdotes mujeres. También habló de la Renovación Carismática, movimiento católico, y aunque confesó que había tenido sus dudas e incluso prohibido a los jesuitas argentinos acercarse a sus primeras ceremonias ya que parecían "escuelas de salsa", afirmó que ha cambiado idea con los años y que el próximo año participará en la reunión que mantendrán en Roma. Francisco también abordó una pregunta sobre la secularización de Europa y explicó que aunque no sabe bien decir "quiénes son los responsables"; "siempre se puede decir que cuando se habla de secularización existe algo de debilidad en la evangelización", consideró.

El Pontífice realizó un amplio análisis sobre la secularización y sus orígenes y concluyó que también ocurre "cuando el hombre se siente demasiado propietario de la cultura que ha recibido y comienza a crear otra cultura propia que ocupa el puesto de Dios creador" y puso el ejemplo de la Torre de Babel. "En la secularización se llega al pecado contra Dios creador", aseveró. Asimismo, explicó que "no es un problema de laicidad de los Estados, porque se necesita una buena laicidad, una sana laicidad, pero que otra cosa es un laicismo". Respondió también a una pregunta sobre el inicio de las negociaciones en Venezuela y recalcó que "el diálogo es el único camino para todos los conflictos". "Si no se dialoga, se grita y no hay otra solución. Yo, de corazón, apuesto todo por el diálogo y creo que se tiene que ir por este camino", respondió.

Confesó que no sabe cómo terminará porque es una situación "compleja" pero elogió a los negociadores por su "importante estatura política", en alusión al expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y a los exmandatarios de Panamá Martín Torrijos y de la República Dominicana Leonel Fernández. Recordó "que ambas partes pidieron que la Santa Sede estuviera presente la Santa Sede en la mesa de diálogo y cómo se designó al nuncio en argentina, Emil Paul Tscherrig". Recalcó que "el dialogo es el único camino para salir de los conflictos" y que "si esto se hiciese en Medio Oriente se hubieran ahorrado muchas vidas".

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