Explotación sexual en Valencia

Cae una red que "enganchaba" a los clientes de sus prostitutas con cocaína

Dos prostitutas en una imagen de archivo.

Dos prostitutas en una imagen de archivo. / Juan Carlos Muñoz

La Guardia Civil de Tavernes de la Valldigna ha desmantelado una red dedicada a la explotación sexual de siete mujeres mujeres en las poblaciones valencianas de Gandia y Alzira, ya que obligaba a las prostitutas a conseguir más clientes mediante el consumo de sustancias estupefacientes y alcohol, aumentando así la factura final por los servicios y consumos prestados.

La operación se ha saldado con la detención de los 4 integrantes de la organización por los supuestos delitos de trata de seres humanos, tráfico de drogas y blanqueo de capitales, y la intervención de 36.000 euros en efectivo, cocaína y elementos de corte y pesaje para su distribución, además de 4 inmuebles valorados en 300.000 euros y una cuenta bancaria con más de 40.000 euros, según informa la propia Guardia Civil. 

Los detenidos son dos hombres y dos mujeres, de edades comprendidas entre los 20 y 46 años, de nacionalidades española y boliviana, que desarrollaban las actividades en diversos domicilios de Alzira y Gandia, han informado fuentes de la Guardia Civil. 

Las mujeres, que sufrían a su vez adicción a sustancias estupefacientes y estaban en situación irregular en el país, habían adquirido una deuda con la organización que era cada vez mayor, mientras que los supuestos autores obtenían suculentos beneficios económicos derivados de la trata. 

Además, eran obligadas a conseguir que los clientes alargaran las estancias mediante el consumo de sustancias estupefacientes y alcohol, aumentando así considerablemente la factura final por los servicios y consumos prestados.  

Aprovechando esa situación, sustraían las tarjetas de crédito a los clientes y las pasaban por los datáfonos, obteniendo una comisión de 20 euros por cada transacción. Los beneficios económicos obtenidos eran posteriormente blanqueados por los detenidos a través de una empresa fantasma, mediante la adquisición de bienes inmuebles que posteriormente utilizaban para seguir ejerciendo de nuevo la prostitución. 

Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Alzira.

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