Aún queda mucha tela por cortar en cuanto al futuro de Manolo Jiménez, una cuestión en la que Del Nido ya empieza a pensarse muy mucho lo de ir en contra de la corriente generalizada, pero lo que es indudable es que el crédito del arahalense se ha refrescado tras el triunfo en Villarreal pese a la dificultad de hacerlo con diez jugadores. Ganar en El Madrigal supuso para Jiménez salir victorioso de una final, no precisamente la única que ha disputado, puesto que otras han quedado atrás tanto con signo negativo -Génova y Bilbao sobre todo-, como positivo: los choques de Copa ante Valencia y Dépor por ejemplo, que no por salir el Sevilla victorioso perdían su condición de lo que se ha dado en llamar esta temporada final.

Pero, igual que otras veces con otros récords -en la temporada pasada máximo registro de goles y en ésta, jornadas consecutivas sin perder, máxima puntuación en la jornada 29...-, con la última victoria el Sevilla ha logrado sumar nueve triunfos fuera de casa, algo nunca logrado por la entidad en su historia. Sólo Luis Aragonés en la campaña 94-95 logró llegar a ocho triunfos a domicilio .

Pero se repite lo mismo de siempre. Los números no son suficientes en el caso de Jiménez porque se ha convertido en el protagonista de un debate enquistado en el sevillismo y que tiene difícil solución. Todo ello lo va a sopesar el consejo de administración que preside Del Nido. Éste ya ha admitido que lo que ocurre con su entrenador es digno de estudio y que la decisión se tomará en junio. Mientras, sondea a varios candidatos, aunque no está descartada su continuidad.