Sevilla | mallorca · Frente a Frente2 Faltas cometidas 212 pases correctos 517 Balones recuperados 21 Balones perdidos 0

El pulmón que también late

  • Martí sintió su corazón sevillista a los tres años justos de la final de Eindhoven y, fiel a su carácter ganador, dejó al Mallorca por delante · Duscher abrocha el equilibrio

Caer de pie en un equipo que vive tantas cosas en tan pocos meses como empezó a vivir el Sevilla hace tres años desde hoy mismo es relativamente fácil, pero no tanto. Muchas veces depende del puesto que el futbolista ocupa en el campo y no es igual de vistoso para el aficionado el trabajo de un delantero goleador que el de un peón de mediocampo. Martí comprobó ayer que lo que sembró en Nervión valía la pena. Estuvo pocos minutos en el terreno de juego por culpa de un golpe fortuito, pero como no podía ser de otra manera en un ganador, cuando su entrenador lo sustituyó en el minuto 27 por un fuerte golpe en las costillas el Mallorca iba por delante en el marcador, aunque tardaría cuatro minutos en perder esa momentánea condición.

El que fuera ese capitán ejemplar que levantó el último título al alimón con su gran amigo Javi Navarro recibió el cariño de aquéllos a los que, por qué no decirlo, en muchas ocasiones exasperó con sus más que regulares ejecuciones de falta. Foto con su hijo -aspecto en el que no hizo caso a otro amigo que le aconsejó que lo vistiera del Sevilla-, placa con Del Nido y un solo grito en el Sánchez-Pizjuán: Martí.

Otro guiño aparecía en el vídeomarcador cristalizado en una foto de la final de Glasgow, capote en mano y dando una media verónica. El "gracias" lo ponía el Photoshop, pero partía de los corazones de los cerca de cuarenta mil que poblaban las gradas del estadio y que le dedicaron un sentido homenaje al que fue uno de los referentes de un vestuario y una plantilla para la historia.

Los pulmones no tienen la facultad de latir como los corazones, pero los de futbolistas así, los incansables y entregados, casi lo consiguen.

percal argentino

El pulmón del Sevilla actual es Aldo Duscher y el argentino cuajó otra vez ayer un partido ejemplar. No tiene la movilidad que tuvo en el Sevilla Martí, un medio centro de más recorrido, pero siempre tiene el partido en la cabeza. Robó innumerables balones simplemente a base de estar en el sitio. No hace falta más. Bascula y manda al equipo a la derecha, a la izquierda, arriba, atrás pegándose a los centrales... Es otro de esos futbolistas de percal, menos brillantes pero tan necesarios como los de seda. Al final con lo que se torea es con el capote que no tiene bordados en oro y acaba rasgado por los pitones de los toros. Ése es Duscher y ése ha sido Martí en su periplo como sevillista. Bebió de la mejor fuente posible, un Mauro Silva majestuoso que se convirtió en la roca de un Deportivo de ensueño. A su sombra y enrabietado por una suplencia impuesta por la lógica acumuló lecciones de un fútbol que se desarrolla en donde se cuece todo. Esos buenos momentos los recordó con quien intercambió su camiseta, Leonel Scaloni, compañero en batallas gallegas y en la selección argentina.

Si al final, como Martí, logra calar en el corazón de la hinchada, tendrá mucho mérito porque no es un futbolista de escaparate. Ahora bien, partidos como el que completó ayer contribuyen a ello.

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