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Mirar al Maribor contra el 'trauma'

  • El Sevilla pone la vista en la cita más fácil de Champions para zanjar su traspié y mantener su evolución

Berizzo se dirige a su equipo en el entrenamiento matinal del domingo.

Berizzo se dirige a su equipo en el entrenamiento matinal del domingo. / Víctor Rodríguez

Afortunadamente, el Sevilla lleva muchos años sin tiempo para lamerse las heridas después de una derrota. Salvo la contingencia de que llegue ese trance siempre indeseado antes de los inoportunos parones ligueros, la actualidad europea impele al grupo de profesionales a ponerse las pilas de nuevo inmediatamente con la mirada en el inmediato horizonte cercano. Así, una vez más, la Liga de Campeones copa la actualidad nervionense como un oportunísimo quite del perdón. Llega el Maribor al Ramón Sánchez-Pizjuán, la cenicienta del Grupo E, y el Sevilla de Berizzo centra sus energías en solventar de forma positiva este trámite que, no se olvide, es un partido de Champions.

Nunca debe ser un trauma perder en el campo del Atlético de Madrid. Por presupuesto, por capacidad socioeconómica, por realidad deportiva, actual e histórica, está un escalón importante por encima del Sevilla y tan legítimo es querer competir con él e intentar igualarse a su elevado estatus como no frustrarse por una derrota que entra dentro de los parámetros de la lógica tal y como está montada la Liga española. Evidentemente, la derrota, una más, en el feudo colchonero a manos del equipo de Simeone es traumática porque vuelve a señalar la distancia, que parece insalvable. Pero ha de ser encajada con naturalidad. La Champions y su oropel es el mejor antidepresivo en este caso y, además, al Sevilla no le queda otra que ganar este martes ante los suyos para no ensuciar el futuro del Grupo E, tras el empate en Anfield.

Sí deja, no obstante, varias lecturas la derrota en el Wanda Metropolitano. Una de ellas es que Berizzo debe mantener la evolución ascendente del equipo, pese al traspié, fundamentándose en la puesta en escena y el prurito dominador de la primera parte. El triángulo de la medular formado por N'Zonzi, Banega y Franco Vázquez formó una primera sociedad con visos de ser una piedra angular del sistema, por dominio de la pelota, por visión de juego, por calidad técnica, más allá del rendimiento más o menos afortunado de cada una de las piezas. N'Zonzi, claramente, quedó señalado por el error ante Carrasco en el 1-0, pero hasta ahí su partido fue inmaculado y esperanzador. Banega aún no ha cogido el tono adecuado y necesario para ser el que fue, pero dio muestras de que es fundamental para ser el eslabón con el ataque, y Franco Vázquez dejó señales de ese futbolista capaz de terminar de lanzar los ataques, pese a que el Atlético apenas lo dejó maniobrar ni dar verticalidad.

Otra señal es que hay futbolistas que no tienen por qué ser fijos en el esquema: el abanico es muy amplio. Jesús Navas, por su condición física y también porque Berizzo aún no ha apostado por Sarabia en su sitio natural, el ala derecha, se ha convertido en un fijo, cuando por su edad, 31 años, quizá ayude más como revulsivo que como pieza indiscutible. Sobre todo porque Sarabia tiene cualidades más adaptables para un 4-3-3 sin un delantero alto en el que las alas deben meterse hacia dentro y ayudar en el remate y la llegada al área. Ítem más, la afición sevillista se pregunta, con razón, si alguna vez podrá ver juntos, aunque sea un rato, a Ben Yedder y Muriel. El rigorismo academicista de un dibujo intocable lo puede hacer previsible para los rivales.

El Atlético hizo daño con muy poco. Pero la defensa mantuvo el tipo y la primera derrota no puede, de pronto, descubrir todos los defectos de una zaga que hasta el sábado era la menos goleada de Primera... y ahora sólo el Barça la supera en esta faceta. Eso sí, es difícil entender que Berizzo mantenga las rotaciones en una línea que, según los manuales del fútbol, debe ser la menos tocada.

Para rematar esas señales positivas y mantener la evolución del equipo es imprescindible vencer, si es con claridad y buen juego mejor, al Maribor. Berizzo está pendiente de la evolución de Kjaer, que ayer no se ejercitó con el grupo y hoy se realizará una prueba para ver si entra en la convocatoria. Asimismo, Nolito ya se incorporó al grupo el jueves pasado y está a disposición del entrenador. No viajó a Madrid; por la dureza del partido no era recomendable forzarlo, pero estará, si no en el once titular, en la lista ante los eslovenos. El Maribor arribará a Sevilla después de celebrar su empate ante el Spartak de Moscú. Es colíder en la liga de su país, igualado con el Olimpia Ljubljana, y sólo ha perdido un partido de los 17 oficiales disputados, en la ida del play off de la Champions ante el Hapoel Beer Sheva (2-1). El resto han sido 11 victorias y 5 empates. Y no perder da confianza, siempre.

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