Cuando Unai Emery repite una y otra vez que es importante para los intereses del equipo generar ese ambiente positivo en el Sánchez-Pizjuán que se hace infernal para los rivales no está diciendo ninguna tontería. Ha habido encuentros en los que no ha existido esa comunión total, pero por regla general todo ha sido, como se suele decir, una balsa de aceite. Y todo debido a los resultados. Salvo algún empate inesperado, como el que acaeció en la visita del Levante en horario de mañana y mucho sevillismo con ganas de fiesta y niños en las gradas, la suerte ha sonreído a los nervionenses al calor de su público y eso también es una victoria de la grada.

Y es que el Sevilla, tras el triunfo ante el Granada, ha logrado situar una marca difícil de alcanzar en el fútbol actual al permanecer un total de 17 encuentros oficiales sin conocer la derrota.

Los de Emery no pierden junto a Eduardo Dato desde el pasado 13 de marzo, fecha en la que el Betis venció por 0-2 en la ida de los octavos de final, una eliminatoria que después levantaría el Sevilla en Heliópolis tras lograr idéntico resultado y ganar en la tanda de penaltis. Más atrás habría que remontarse para encontrar la última derrota liguera sufrida por los discípulos del guipuzcoano en el Sánchez-Pizjuán. Fue el Barcelona en la vigésima tercera jornada de la pasada campaña cuando venció por 1-4 el pasado 10 de febrero, así que los blancos se acercan a los diez meses sin perder en Nervión. Desde entonces, 9 encuentros de la pasada campaña y 5 de ésta que se han saldado con 11 victorias y 4 empates, sólo en la Liga, lo que da una muestra del buen rendimiento que Emery ha logrado extraer de los suyos en un escenario que -es verdad- es temido por todos los rivales.