Sevilla

La rehabilitación del Sagrario será la gran obra de la Catedral de Sevilla en 2022

  • El Cabildo aprobará en las próximas semanas sus cuentas para el próximo año con intención de que los trabajos se retomen en enero 

  • Falta por hacer los refuerzos estructurales en la cabecera y las cubiertas

La puerta de la Parroquia del Sagrario de la Catedral.

La puerta de la Parroquia del Sagrario de la Catedral. / Antonio Pizarro

Concluir la rehabilitación de la parroquia del Sagrario es la gran prioridad del Cabildo Catedral de Sevilla. Con las dificultades económicas emanadas de la pandemia del coronavirus, y con la apuesta firme por sacar del ERTE a los trabajadores, será la principal obra que se realice en la Catedral en el año 2022. Las actuaciones en la cara norte de la Giralda quedan pospuestas a la espera de que los ingresos generados por la visita turística al Templo Metropolitano se recupere. Sí se mantienen las tareas propias de la conservación y preventiva.

Las obras en la parroquia del Sagrario, templo anexo a la Catedral, comenzaron a finales de 2019 y quedaron suspendidas en junio de 2020. Se trata de una intervención importante encaminada a reparar los problemas de cimentación y las fisuras en todas las fachadas y bóvedas. La pandemia irrumpió de golpe los trabajos cuando la intervención estaba en una fase crítica, por lo que el Cabildo hizo un impresionante esfuerzo para continuar con la programación y llegar a un punto en el que las tareas se pudieran suspender con todas las garantías.

"Hicimos un esfuerzo muy importante para cortar la obra en un momento responsable. Estábamos realizando en ese momentos las inyecciones en el subsuelo e íbamos por la mitad. No era prudente parar en ese punto", ha explicado a este periódico Jaime Navarro Casas, arquitecto responsable de la conservación de la Catedral.

La parroquia del Sagrario, templo anexo a la Catedral que es gestionado por el Cabildo. La parroquia del Sagrario, templo anexo a la Catedral que es gestionado por el Cabildo.

La parroquia del Sagrario, templo anexo a la Catedral que es gestionado por el Cabildo. / Juan Carlos Muñoz

Con este escenario, y ante unas obras tan delicadas, el Cabildo tomó recientemente la decisión de que había que retomar la actuación. En las próximas semanas está previsto que se aprueben las cuentas del próximo año -la obra tenía un presupuesto de 1,6 millones que habrá que revisar- para que en enero puedan reiniciarse los trabajos.

Aproximadamente quedan ocho meses de obra, por lo que el Sagrario no reabriría sus puertas hasta finales de 2022, como subraya Navarro Casas: "Quedan por hacer los refuerzos de las cubiertas y de la cabecera. También hay que intervenir en los arcos torales y en la bóvedas. Prácticamente nos llevará el año entero. Luego hay que volver a amueblar, hay que meter las instalaciones..."

La cara norte de la Giralda

Con la urgencia que supone la obra en la Parroquia del Sagrario, la actuación prevista en la cara norte de la Giralda, que ya cuenta con licencia de obras y se debería haber acometido a lo largo de este año, ha pasado a un segundo plano. "No es una emergencia, pero más pronto que tarde habrá que hacerla", expone Navarro Casas.  Los técnicos están tranquilos porque cada año se revisan los paramentos y no hay problemas graves que necesiten de una intervención rápida para su subsanación. 

La fachada norte de la Giralda. La fachada norte de la Giralda.

La fachada norte de la Giralda. / Antonio Pizarro

Dentro del plan director que tiene la Catedral, una vez que se acometa la intervención en la cara norte del campanario, será el turno de actuar en el cuerpo renacentista y en el Giraldillo. Gracias a los trabajos verticales que se llevan a cabo cada año se ha comprobado que su funcionamiento es el correcto, aunque será necesario un análisis más detallado. "En el momento en el que hagamos una actuación en la parte superior de la Giralda accederemos al Giraldillo para ver cómo está", subraya el arquitecto del templo.

Las actuaciones en la Giralda se completarán con la completa revisión del cuerpo interior. Sobre todo de las rampas de acceso, cuya solería y muros presentan un desgaste importante por las visitas que habrá que revisar.

Dos intervenciones de urgencia

Las obras que se acometen en la Catedral de Sevilla tienen una doble vertiente. Por un lado, están las que se programan a medio plazo como marca el plan director; y hay otras de mantenimiento que responden al plan de conservación preventiva. Fruto de las inspecciones rutinarias ha surgido la necesidad de actuar en uno de los grandes pináculos góticos y en la sujeción de la campana mayor de la Giralda. La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico ya ha dado la autorización en ambos casos.

Los 88 grandes pináculos de la Catedral están incorporados al plan de conservación preventiva. El plan director contempla la revisión anual de un número determinado de ellos. En una de esas inspecciones, el equipo técnico se encontró que en una de estas piezas se estaban produciendo pequeños desprendimientos que podían estar anunciando problemas de mayor calado. "Se trata de un pináculo complicado porque está en un nudo con casi cuatro alturas diferentes. Es de difícil acceso y requerirá un andamio de una envergadura mayor de lo habitual".

El pináculo sobre el que se va a intervenir. El pináculo sobre el que se va a intervenir.

El pináculo sobre el que se va a intervenir. / M. G.

El pináculo en cuestión se sitúa en la esquina sureste del cuerpo gótico. Próximo a las fachadas renacentistas, donde durante mucho tiempo paraban los autobuses. Esta circunstancia ha contribuido, sin duda, a su deterioro: "Produjo mucho daño en toda esta zona. Mucha costra negra por la contaminación química. Se forma una capa negra superficial en la piedra que oculta el proceso de arenización. Este proceso termina diluyendo el pináculo y afecta donde la piedra ha sido más castigada. Es decir, las parte decoradas, llamadas crochés, que son las más débiles por haberse tallado".

En los pináculos hay un elevado número de estos crochés que hay que sustituir. El proceso se completa con una limpieza de la superficie de la piedra, para lo que se pueden aplicar distintos tratamientos, y la reposición de los pequeños fragmentos que puedan faltar. Además, se aplica un consolidante para frenar la arenización y un hidrofugante para que el agua no penetre.

En cuanto a la intervención en la campana Santa María la Mayor, la más grande del campanario, con un peso aproximado de 5.500 kilos, los problemas en el soporte también han sido identificados dentro de las inspecciones periódicas que se realizan. Una vez al año, una empresa especializada hace una revisión de todo el conjunto. "Los técnicos observaron que en la campana mayor uno de los soportes estaba sufriendo un proceso de oxidación que que podía hacer daños a la fábrica en la que se empotra. Son unos apoyos muy particulares, resueltos con unas pletinas de hierro que forman una especie de vigas. Creemos que datan de la restauración de Fernández Casanova".

La campana ‘Santa María la Mayor’. La campana ‘Santa María la Mayor’.

La campana ‘Santa María la Mayor’. / D. S.

La intervención de emergencia propone la instalación de un pórtico de perfiles metálicos que salvaría el ancho de 2’15 metros de la galería y sobre el que se apoyaría ahora el soporte de la campana, liberando de carga al actual. Durante los días, 24 y 25 de noviembre, se están realizado la intervención en la campana mayor de la Giralda. Por este motivo, el acceso a los balcones de su cara norte permanecen cerrados, no afectando al resto de caras de la torre que continuarán abiertas a la visita cultural.

"Cuando llevemos a cabo la intervención en la cara norte de la Giralda ya sabemos que tenemos que hacer una actuación más minuciosa en este apoyo. Mientras, la solución es colocar un elemento resistente junto al apoyo actual para que permanezca estable hasta que se sustituya", concluye Navarro Casas.

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