30-IV-10

No hay mal que por bien no venga. El incumplimiento de una cláusula del contrato firmado entre el Ayuntamiento de Sevilla y CAF en diciembre de 2008 mediante el que la empresa debía implantar el sistema de autonomía a los tranvías actuales del Metrocentro para circular sin catenarias antes de abril de este año, so pena de penalización, ha forzado a la ferroviaria a lanzar una contraoferta al Consistorio prácticamente irrechazable. CAF se compromete a regalar trenes nuevos con el Acumulador de Carga Rápida (ACR) instalado de serie en compensación por la nueva demora, un material móvil actualmente sometido a pruebas y valorado en 3 millones de euros por unidad (los cinco trenes de última generación Urbos 3 costarían 15 millones) que podría estar operativo en Sevilla dentro de un año.

Éste es el as en la manga que se reservaba el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y que figura por escrito en un nuevo informe interno de Tussam que el regidor tiene encima de la mesa desde hace un mes y que recoge las nuevas condiciones ofrecidas por el director comercial de CAF, Luis Terradillos, al gerente de la empresa municipal de Transportes Urbanos de Sevilla, Carlos Arizaga, en una reunión mantenida a finales del pasado año. Pocos miembros del gobierno de Monteseirín conocían el contenido de la negociación que el alcalde, a raíz de la información publicada ayer por este periódico, ahora desvela. Prueba de ello es que la Delegación de Movilidad insistía en forzar un plan renove con CAF para abonar sólo la diferencia entre el coste de los trenes comprados en 2008 -por los que el Consistorio pagó 12,4 millones de euros- y los nuevos trenes de perfil urbano que necesita ahora Monteseirín para prolongar la red del Metrocentro por el casco antiguo, dado que requieren de un radio de curvatura menor y prescindirían de las antiestéticas catenarias.

Lo firmado hasta ahora comprometía a CAF a instalar los ultracondensadores -acumulador de carga que sustituiría a las catenarias entre paradas y que permite una autonomía de entre 1.200 y 1.400 metros sin tendido eléctrico- en los trenes comprados hace dos años antes del 30 de abril de 2010 bajo penalización del 0,2% del coste del sistema de autonomía por mes de retraso. El monto del contrato incluía un millón de euros en concepto de adelanto por la tecnología, si bien el Consistorio había aplazado el pago de 2,5 millones de euros a la recepción e implantación de los ultracondensadores en los trenes, débito que aún está pendiente.

El escenario, ahora, es otro. Más que por la penalización, la oferta de CAF del cambio de material a coste cero responde al interés de la multinacional de hacer de Sevilla el "escaparate" de venta de su último tren de nueva generación, el Urbos 3, a través de las pruebas programadas este mismo verano en la capital hispalense con los trenes que circulan sin catenarias. La dadivosidad de CAF no es altruista; la empresa está pendiente de cerrar pedidos de trenes Urbos 3 de tres continentes distintos, pero antes debe mostrar que funcionan correctamente y que no se trata de un mero prototipo, sino de un sistema en uso. Y en eso, Sevilla se antojo imprescindible.

CAF tiene pendiente de cerrar un lote de 27 tranvías sin catenarias para Edimburgo (Escocia); otros 14 más para Antalya, en Turquía, y 103 tranvías más para Houston, en Estados Unidos, material último que debe entregar a partir de la primavera de 2012. En España, capitales como Zaragoza están pendientes también del funcionamiento de los trenes que CAF estrenará en Sevilla para la petición de 25 unidades.