De niño lo vistieron un año de penitente y tanto le agobió la túnica que al año siguiente lo apuntaron de monaguillo. Es la Hermandad de las Tres Caídas donde sale desde 1997.
-¿Cuántos años tenía?
-Diez.
-¿Por qué las Tres Caídas?
-Es la cofradía del barrio, era la que más me había tirado, lo mismo que a mis hermanos, aunque mis padres son de otras hermandades.
-¿Cómo empieza de monaguillo?
-No podía con la túnica, me agobiaba, así que salí al año siguiente de monaguillo, con el tiempo llevé el incensario y ahora este año saldré de pertiguero.
-¿Sois todos de la hermandad?
-Sí, hay muchos chavales interesados en salir.
-¿Por qué ese interés?
-Es un sitio privilegiado, merece la pena vivirlo. Es estar cerca de los pasos, te giras y tienes delante a las imágenes en sus pasos.
-¿Con qué lo compararías?
-Quizás con el que va debajo de los pasos que realizan un esfuerzo pero disfrutan portando a sus titulares.
-Aquí no cobrarías ¿y en las demás hermandades?
-Sólo recibimos un premio por tantas horas de sacrificio.
-¿En qué cofradías has salido?
-El pasado año estuvimos en Pasión, Victoria, Judíos Oración y La Fe.
-¿En qué otros momentos intervenís?
- Participamos habitualmente en los cultos de nuestra hermandades, pero ya también nos llaman de otras que no tienen cuadrilla de acólitos.
-¿Pero cada vez hay más hermandades que las promueven?
-La verdad es que cada vez hay más y, además, porque a la gente le está gustando, se está animando, porque el sitio en el que vamos es muy bueno. Pero, también, es la oportunidad de hacer un servicio a la hermandad, que no tengan que venir gente de fuera.
-¿Ustedes soy siempre los mismos?
-Llevamos ya casi diez años, tantos los del Cristo como los del palio somos hermanos de las Tres Caídas. Los que entran en la cuadrilla se quedan.
-¿Qué destacaría de los acólitos?
-Pues que muchos han descubierto la Semana Santa tras haber participado circunstancialmente un día como acólito.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios