Zalamea

Sobriedad en la Madrugada y Viernes Santo

  • Noche despejada que dio a la Madrugada zalameña. Seriedad y sobriedad en una estación de penitencia que se realiza de manera casi íntima

Celebración de la Vía Sacra.

Celebración de la Vía Sacra. / Jiménez (Zalamea)

A las dos de la mañana, el crucificado recorrió las calles del centro en una procesión que tiene su origen en 1550.La procesión del Santo Entierro optó por acortar el recorrido y partió desde la Iglesia de la Asunción en dirección a la Ermita del Santo Sepulcro sin pasar por el carrera oficial. La amenaza de lluvia se hizo presente cuando el Cristo Yacente quedó en su pequeño templo. Por su parte, la Soledad aceleró el paso para retornar a la parroquia ante la presencia de un algunas gotas.

Zalamea celebra, como cada Viernes Santo, el ejercicio de la Vía Sacra, una liturgia de la Semana Santa que data de 1776 y a la que como marca la tradición solo pueden acudir los hombres.El sonido de la corneta y esquila, comienza a sonar poco después de que La Soledad retorna a la parroquia tras dejar al Yacente en el Santo Sepulcro. Este muñidor, avanza por las calles San Vicente y Cabezo Martín, anunciando el acto, antes de que den las diez de la noche momento en el que los hombres, en recogimiento absoluto, se han ido trasladando a la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVII.

Tras una introducción en la puerta norte de la parroquia, donde se solicita que se cumplan las gracias e indulgencias que se solicitan en el piadoso acto, se recrea el camino de Cristo desde el Pretorio hasta el Gólgota, del Calvario hasta el Sepulcro de Arimatea, cantando una salmodia antiquísima en verso que va narrando el acontecer de la Pasión del Señor, desde la presencia de Jesús ante Pilatos, hasta la resurrección. La distancia en pasos, es similar a la que la tradición indica que realizó Jesús con la cruz camino del Gólgota.

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