Semana Santa

Todo ocurre por algo

Todo ocurre por algo

Todo ocurre por algo

Ha sido una Cuaresma diferente, nada fue como se esperaba. Recuerdo del intenso vía crucis del Consejo. Enhorabuena pues fue un acto muy emotivo que nos quedará en el recuerdo, y no solo por la situación actual, sino por cómo se desarrolló.

Previo a la cuaresma me nombraron como exaltadora de nuestra Pasión en un lugar muy especial, la prisión de Huelva, pero tampoco ha podido ser. En ella, como presagio a lo que estamos viviendo, debía contar a quienes están recluidos cómo se vive nuestra Semana Mayor. Con ilusión comienzo a escribir lo que se ha quedado guardado para, si Dios quiere, el próximo año, o cuando Él decida, “pues todo ocurre por algo”.

Vaya mi admiración para los profesionales y voluntarios de la Pastoral Penitenciaria.

Cómo cuentas el olor a incienso, a cera quemada, el bullicio por ver a un titular en esa esquina, el racheo de unas zapatillas por los adoquines, o el trabajo callado de hombres y mujeres debajo de un paso. Cómo cuentas el olor a flores que impregnan las calles de mi Huelva… Cómo transmites el sonido acompasado de cadenas nazarenas, el cambio de una marcha, la saeta salida del corazón, las risas de pequeños monaguillos con su canastito lleno de sueños cofrades. Pero todo eso que pensaba contar allí, lo viviremos desde “yo me quedo en casa”, Semana Santa diferente, sin pasos en la calle, que no de vivencias, pues si algo da este confinamiento es decidir lo que importa. No veré a mi Señor muerto en la Cruz, pero pensaré en los que han perdido la vida por este maldito virus; no veré ni al Cireneo ni a la Verónica, pero ahí están en los que ayudan a sus vecinos a pasar por esto; no aplaudiré una saeta, pero aplaudiré cada tarde al personal sanitario, policía, guardia civil… No escucharé Amarguras, este año lo cambio por Resistiré.

Pero pasará y la Resurrección llegará, y seremos más fuertes. Momento de parar, de tomar lo mejor de cada uno, el próximo año será diferente y volveremos a vivir en la calle nuestra Semana Mayor, pero esta vez con el corazón renovado. Y yo quizás pueda contarlo, pues “Todo ocurre por algo”.

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