Apuntes de cabildo

Ahí estará siempre Él

El nazareno acompañado por la Virgen d ela Amargura y San Juan Evangelista.

El nazareno acompañado por la Virgen d ela Amargura y San Juan Evangelista. / Josué Correa

El Señor se alza hoy en el altar mayor de la parroquia de la Inmaculada Concepción. En el mismo lugar donde quedó a nuestra mirada cuando la ciudad se confinó por la pandemia. Nadie sabía qué iba a ocurrir y todos guardamos con amor y desconsuelo esa última mirada a Jesús Nazareno, para que se fuese renovando día a día en esa invocación ante una situación dramática. Peticiones como cualquier día del año, pero todos sabemos que eran muy distintas, se rogaba ante una situación de la que nada se sabía.

En esa soledad de la iglesia, en el altar mayor, quedaba todo esperando a que se hubiese celebrado su quinario.

Día tras día de incertidumbre hasta que llegó una Semana Santa tan interior que nunca se podría imaginar. Una Semana Santa de balcón a balcón, de plazas vacías, de una calle Concepción que no era carrera oficial. Nadie por las calles. Silencio y miedo; sí, miedo, mucho miedo.

Entonces volvíamos a alzar la mirada a Jesús el Nazareno, sabíamos que estaba ahí, presidiendo la Concepción como preside nuestras vidas. Sabíamos que contábamos con él, no le podíamos ver en su Casa, pero teníamos cerca nuestras estampas de la devoción, la alumbramos y le rezamos.

Cuando abrimos de nuevo las calles volvimos a ver al Señor en el mismo lugar donde le dejamos, ahí, como lo hace siempre, pendiente de todos; sabíamos que había estado cuidando de Huelva, protegiéndola.

Constituyó un momento muy importante, pero resultó como un día cualquiera que son íntimos y que calan mucho, un día cualquiera en la vida de Huelva no es ni mucho menos simple; no, es amanecer a los pies del Señor y darle gracias, pedirle y caminar con él.

Seguimos en ese empeño y, cosas de la vida, hoy al año siguiente el 14 de marzo es cuarto domingo de Cuaresma, el domingo Laetare de la función del Señor y Él aparece presidiendo de nuevo el altar de la Concepción en su función principal, con la Virgen de la Amargura y San Juan, y nos vuelve a dar seguridad, la misma que hemos tenido y seguiremos contando en estos días de tinieblas.

Ahí estará siempre Él, el Señor de Huelva.

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