Domingo de Resurrección

La majestuosa sencillez de El Resucitado

  • Manuel Parra realiza la primera levantá del paso en el interior de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar

  • Una bella estampa cofrade para cerrar la Semana Mayor de Huelva

El Resucitado en imágenes

El Resucitado en imágenes / Alberto Domínguez (Huelva)

Con la Hermandad de El Resucitado se cerraron ayer las salidas procesionales de la Semana Santa de Huelva. Una bonita estampa ofreció la cofradía en su recorrido matinal por las calles de los barrios de La Hispanidad, Tres Ventanas, Nueva Huelva y Verdeluz. Fue un caminar pausado con su titular, acompañado por algunos vecinos y devotos. Más de cinco horas de procesión con intensos momentos, como los vividos ante la residencia de ancianos Santa Teresa Jornet o en la subida de la cuesta de Ruiz de Alarcón, ya de regreso al templo.

Minutos antes de la salida procesional, el párroco de Nuestra Señora del Pilar, Teodoro Bernal, animó a los cofrades a ir con "respeto, devoción y mucha fe", ya que así "vamos a contagiar de nuestro ambiente cofrade y de oración". Tras lo cual, se rezó un Padre Nuestro "por nuestros enfermos, familiares, jóvenes, niños y por la paz del mundo y de nuestros corazones", al que siguió un Ave María a la Virgen de la Luz, cuya imagen se encuentra en el presbiterio, "para que nos acompañe en los momentos que tenemos que vivir en nuestra vida".

A las diez de la mañana salió del templo la cruz de guía. El paso lo hizo un cuarto de hora después. La primera levantá la realizó Manuel Parra, hermano de la cofradía, que donó la imagen de María Santísima de luz. "Las hermandades están llenas de gente buena y suelen ser agradecidas, esta levantá se le va a dedicar a Manuel Parra, que donó la imagen de María Santísima de la Luz, que la Virgen le traiga siempre mucha luz", apuntó el capataz Juan León, pregonero de la Semana Santa de Huelva 2018.

A pulso levantaron los costaleros el paso, que este año estrena el llamador, realizado por el orfebre sevillano Antonio Santos y que fue donado por el grupo joven de la hermandad, en el que se representa a dos costaleros, uno de los cuales ayuda al otro a colocarse el costal.

Lentamente el paso, exornado con flores blancas, entre ellas orquídeas, claveles y margaritas, fue avanzando por la parroquia de Nuestra Señora del Pilar. Antes de cruzar la puerta del templo se le quitaron las potencias a la imagen del Cristo, y los zancos al paso, y a continuación, de rodillas, los costaleros sacaron la imagen de Cristo Resucitado a la plaza de los Descubridores, mientras sonaba el Himno de España, interpretado por la Agrupación Musical Santa Cruz.Una vez se le volvieron a colocar las potencias al Señor, la hermandad comenzó su caminar por las calles de

La Hispanidad al son de la marcha Camino de luz y Resurrección.Poca gente había en la plaza de los Descubridores así como en distintos puntos por los que pasó la comitiva en el inicio de su procesionar, aunque según fue avanzando la mañana se fueron congregando más personas a lo largo del itinerario. La mayor parte de los vecinos optaron por verla desde balcones y ventanas. Uno de los momentos más bonitos tuvo lugar ante la residencia de ancianos Santa Teresa Jornet, donde el titular de la cofradía llegó sobre las once de la mañana, entre una nube de incienso. La revirá realizada por los costaleros recibió una gran ovación por parte de los allí presentes y el paso se paró delante de la puerta del asilo. Los mayores esperaban a la hermandad en el porche de la edificación y en los descansillos de las escaleras de acceso. Hubo vítores a Jesús y una ofrenda floral, a la que siguieron cánticos.

Fue Sor Rita, una de las hermanitas de los ancianos desamparados, la encargada de realizar allí una levantá. "En estas voces está la experiencia de toda la vida y el cariño más grande, una hermana, de las que vela por la familia que hay dentro de este edificio, va a hacer la levanta", indicó el capataz.El paso fue mecido por los costaleros ante la residencia de ancianos y siguió su camino dirección a la calle Chucena al ritmo de la marcha procesional La saeta.

Fue un largo recorrido, en el que los presentes se recrearon con los detalles tanto del paso como del Cristo Resucitado, talla realizada por el imaginero Elías Rodríguez Picón. Pasaban las dos y media de la tarde cuando la comitiva subía, para recogerse en el templo, por la cuesta de la calle Ruiz de Alarcón, donde se había congregado un gran número de personas, muchas de ellas fueron acompañando al titular de la hermanad por parte del itinerario.

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