Puerta del mar

La Virgen de la Victoria lo es todo para Huelva

  • La Hermandad del Polvorín celebra el cincuentenario de su titular con solemnes cultos

La Virgen de la Victoria en los cultos celebrados con ocasión de su cincuentenario.

La Virgen de la Victoria en los cultos celebrados con ocasión de su cincuentenario. / Hermandad de la Victoria

Cincuenta años es toda una vida. Una vida que sin Ella no se entendería ahora en El Polvorín.Continúa siendo la alegría de un barrio y la fe de un pueblo enamorado de una cara, de unas manos y hasta de sus lágrimas.

Enamorados del aire que juega sobre su rostro o del pabilo que inquieta moviendo la vacilante llama de luz que pone ocres y sentimientos ante un rostro de niña-mujer.

La Victoria es más que la titular de una hermandad.La Victoria lo es todo para Huelva

Un aire que se desliza como tantas lágrimas sobre la mejilla que hacen volar los vivas de voz en voz. Es el aroma de cada Miércoles Santo, de cada esquina desde El Polvorín, el Barrio Obrero… la Alameda cuando la Victoria es Huelva entera y la abraza ese mar de gente que se mezcla entre las capas azules de sus penitentes.

¡Ay quién no vuelve la mirada una y mil veces durante el recorrido para intuir que viene tras de las capas que lleva el penitente! Mirar a la Victoria, buscarla y encontrarse con Ella.

No hay nada mejor hecho que el rostro dulce, acaramelado y enamoradizo que el de la Victoria.

Su palio es el canon de la belleza. Pocas cosas se hicieron también en Huelva. Donde todos es perfecto. Es más que un palio, un palacio andante que vive el gozo de una buena chicota y donde la música es un juego de sinfonía, de ángeles en este cielo que cada tarde de Miércoles Santo baja a Huelva para mostrarnos a la Victoria, Señora y Madre de los onubenses.

La música de las bambalinas que se mecen al aire de Huelva en ese ritmo acompasado cuando acaricia sus varales.

Ella es la explosión de devoción de un pueblo que se enfervoriza a su lado, que regala vivas y que se agolpa sin que pueda a veces caminar.

Cuando la lluvia es de pétalos El Polvorín sabe hacer el mejor jardín de flores para la Victoria y la llegada a su casa es tan intensamente gozosa como la salida, donde ha miles de rostros fijos en su mirada, dejándose ir entre la cera rizada.

La Victoria es más que la titular de una hermandad. La Victoria lo es todo para Huelva. ¡Ay Victoria cuántas alegrías nos da!

Es María Santísima de la Victoria, la ilusión de tanta gente. No la busquéis en otra parte, está en El Polvorín.

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