Semana Santa

¡Al cielo con la Hispanidad!

  • Emocionante parada de los titulares ante el asilo, donde los ancianos los esperan durante todo el año

DÍA grande en la Hispanidad, que ayer se vistió de gala para recibir al Cautivo y a María Santísima de la Misericordia. Bajo un sol de justicia interrumpido en un breve momento por una nube que dejó caer cuatro gotas ("para asustar", como dijeron algunos vecinos), la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de la Salud llegó a la Plaza de la Misericordia mientras los costaleros ultimaban sus preparativos.

"A pasearlo como se merece. Esta levantá la va a hacer un niño: Cristian. Su abuelo, Antonio Coronel, fundó esta hermandad. Los niños son nuestro futuro", indicó el capataz a su cuadrilla en el interior del templo. Y los sones de la Banda de la Virgen de la Salud, minutos después de las 16:00 de la tarde, rompieron el silencio, tras alzarse el paso con la hermosa talla del Santo Cristo Cautivo, una de las últimas de León Ortega, retocada por El Cano.

Tras el sonido del martillo, cruzó el paso de misterio el dintel de la atestada capilla. A las 17:34 del Lunes Santo de 1986 hizo su primera salida este Señor. Con claveles rojos dispuestos por Manuel Lozano y Juan Gómez, el paso guiado por José Antonio Vargas y José Luis Cabo salió a la calle al son de la Marcha Real, recordando "a los que no pueden estar con nosotros", después de que el llamador con el escudo del Recreativo diera el aviso pertinente.

Despacio por la plaza caminó el Cristo con su túnica morada, iluminado por los rayos del sol, mientras en los rostros de cientos de vecinos se reflejaba la ilusión y el nerviosismo de un día importante. Tras volverse hacia el balcón de la Comunidad Cristina de Beturia, la larga chicotá se prolongó hasta que el paso de misterio abandonó la plaza por el pasaje, mientras le cantaron una saeta.

"Esta levantá la teníamos preparada. Hoy no está con nosotros nuestro compañero José Ramón. El Señor ha querido tenerlo en el hospital un tiempecito pero fíjate si lo quiere que el médico le ha dado unas horas para tenerlo aquí con nosotros. Esta levantá la va a hacer él. Porque él viene con nosotros, y lo sabe. Sabe que le queremos", gritó el capataz antes de fundirse en un abrazo emocionado con José Ramón.

La hermandad, que cuenta con unos 400 nazarenos aproximadamente y cuyo hermano mayor es Antonio Jesús Infantes Pérez, sacó a su Virgen de la Misericordia a la calle a las 16:38. Su capataz, Curro Cumbrera, fue auxiliado por Pablo Albarracin, costalero de la Hermandad de Los Judíos y debutante ayer como segundo. Con la candelería encendida desde las 15:30, el paso de palio, acompañado por la música de la Banda Municipal de Villalba, recibió el aplauso de sus devotos.

Minutos antes, a las puertas del Asilo Santa Teresa Jornet los ancianos se colocaron junto a la baranda para esperar, un año más, a los titulares de esta hermandad. No en vano, en este espacio se vive cada año "un momento muy bonito de la Semana Santa de Huelva, sobre todo por la ilusión con la que los ancianos salen a la puerta para ver al Señor y la Virgen y por la cantidad de gente del barrio que viene a este punto y se reúne", tal y como apuntó el obispo de Huelva, José Vilaplana, quien definió la parada de esta hermandad en el asilo como "un momento completo y emotivo".

Mientras llegaba el paso de misterio, María Teresa, una de las voluntarias que trabaja para estos 142 ancianos desde hace cinco años, comentó la alegría con la que los mayores amanecieron ayer, ya que estaban "muy emocionados". Por su parte, la hermana superiora del asilo, Modesta Durán Pérez, aseguró que siempre se vive la parada de la hermandad "con mucha emoción y con mucho cariño".

"Todas estas personas que están aquí son muy mayores, tienen muchas limitaciones y no se encuentran bien. Sin embargo, en cuanto se les dice que llega el Cautivo, todos quieren ser los primeros porque siempre lo esperan con muchísima ilusión, aunque haga frío. Ellos están a gusto aquí recibiendo al Cautivo", señaló.

Ilusión que se hizo palpable en sus caras cuando, a las 17:04, el Cautivo alcanzó el asilo, recibiendo las flores que bajó la hermana superiora acompañada por los responsables de la hermandad, que previamente subieron la escalinata del centro. Tras las saetas de Mario Garrido y Rafael García, que interpretaron No me llames capataz y Con cuatro cirios encendidos, respectivamente, el vicario del obispo, Baldomero Rodríguez Carrasco, hizo la levantá del paso, entre aplausos de los allí congregados. Cambiando el ritmo, el Cristo discurrió por Santa Marta estrenado camisa.

Por su parte, la Virgen de la Misericordia lució, justo cuando se cumplían tres décadas de su bendición, una nueva saya de brocados en oro. Ya a las puertas del asilo, el paso de palio recibió flores, más saetas y el propio obispo se encargó de hacer la levantá. De camino a la carrera oficial, la hermandad discurrió ordenada y con la ilusión de lucir a sus titulares por Huelva. ¡Al cielo desde la Hispanidad!

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