La Soledad

La Soledad se hizo silencio

  • La cofradía, inmersa en los preparativos del 175 aniversario, estrenó el dorado del frontal del paso

El silencio se hizo presente ante el paso de La Soledad. Pasado un minuto de las ocho de la tarde, la titular de la hermandad, una imagen anónima de la escuela granadina del siglo XVIII, iniciaba su salida procesional sobre una alfombra de lirios morados. En una mano llevaba la corona de espinas; en la otra, los clavos. Detrás de ella, la cruz, de la que colgaba el sudario.

Anochecía en la capital onubense cuando la comitiva fue avanzando con solemnidad por las tradicionales calles peatonales al encuentro de las hermanas de la Cruz. Tras el paso, que estrenaba el dorado del frontal, iban penitentes con cruces al hombro.

A las puertas del convento, este año se cumple su centenario fundacional, esperaban las religiosas. La Soledad fue la última hermandad de la Semana Santa de Huelva en pasar por el templo donde se vivieron momentos especialmente emotivos. El párroco de La Concepción, Diego Capado, que iba en la presidencia del paso, anunció a las hermanas de la congregación la llegada de la Santa Cruz.

El paso se giró hacia las puertas del convento, de fondo se oyó el tintineo del rosario de Diego Capado al chocar con la vara que llevaba en la mano, y una vez la Virgen estaba frente a las hermanas de la Cruz, éstas entonaron Sola con tu soledad. A continuación hubo una parada en la iglesia de la Esperanza ante los titulares de la Hermandad de San Francisco, donde se le realizó una ofrenda de flores.

La Soledad cerró, después de hacer carrera oficial, la Semana Mayor. Tras su paso se fueron replegando las sillas y vaciando los palcos.

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