Semana Santa

Semana Santa 2020 en calles vacías

  • Las imágenes de los fotógrafos de ‘Huelva Información’ son testimonio de la devoción más sencilla y profunda

Una persona se dirige hacia el azulejo de la Victoria para ofrecerle unas flores, ante una puerta cerrada y con la rampa de salida de los pasos montada.

Una persona se dirige hacia el azulejo de la Victoria para ofrecerle unas flores, ante una puerta cerrada y con la rampa de salida de los pasos montada. / Alberto Domínguez

Volver a revisar las carpetas con las imágenes captadas por los fotógrafos de Huelva Información, Alberto Domínguez y Josué Correa, por las calles vacías en la Semana Santa 2020 les da a uno un vuelco al corazón.

Ellos eran los únicos que recorrían una ciudad donde en una situación normal todo serían de bullas, de no poder pasar por las esquinas. Lo único que no se perdieron fueron los sentimientos de la gente que, aún en sus casas confinada, cuando salían a hacer alguna de las gestiones vitales de compras a las tiendas o a la farmacia, se pasaban por las iglesias que aún cerradas tenían mucho que trasmitir a corazones tan desconsolados y también muy asustados, que buscaban en la fe, en nuestras hermandades, en sus imágenes, esa mano a la que agarrase. Las imágenes de la devoción estaban ahí, alumbrando las calles en una Semana Santa tan diferente como metida en el corazón.

Les llevaron flores, se escribieron plegarias, poesías y se encendieron velas.

Las puertas de los templos estaban cerradas, en la carrera oficial de La Placeta a la Gran Vía todo era un vacío, como ese mismo que se queda en los segundos después de un terremoto.

Se habían quedado los pasos sin montar, algunos en la calle del barrio donde tenían previsto el último ensayo de la cuadrilla de costaleros.

Todo quedó parado, lo que no consiguió el coranovirus es que en el interior de las casas se viviera con intensidad la Semana Santa, seguimos al papa Francisco por la televisión, por las redes nos enviamos imágenes. Escuchamos marchas y en los balcones vivíamos la Semana Santa.

La Policía Local, que se batía el cobre en este tiempo de pandemia, se presentó ante Jesús Nazareno en la parroquia de la Concepción, que es bueno pedirle ayuda al Señor en estos casos.

Y en El Conquero el obispo José Vilaplana impartía su bendición desde el balcón episcopal. Una Semana Santa nunca esperada, pero tan diferente que permanecerá siempre metida en el corazón.

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