Procesión de la Hermandad de El Resucitado de Huelva 2019

Un final celeste cargado de luz

  • La Hermandad de El Resucitado clausura con una emotiva procesión la Semana Mayor de la ciudad

  • El buen tiempo permite a la cofradía recorrer un itinerario que parte de La Hispanidad

La imagen de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo recorre las primeras calles de su itinerario acompañado por los cofrades onubenses.

La imagen de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo recorre las primeras calles de su itinerario acompañado por los cofrades onubenses. / Alberto Domínguez

La luz del Domingo de Resurrección en Huelva es celeste. Repleta de júbilo y nostalgia al mismo tiempo. Jesús ha resucitado para la gloria de todos los cristianos. Y ayer lo volvió a hacer en el barrio de La Hispanidad. Brilló el sol para clausurar una Semana Santa en la que las nubes y su lluvia han tenido un protagonismo adverso para algunas de las cofradías onubenses. Pero ayer no hizo falta mirar al cielo porque brilló como un cortejo que luce su esplendor cada Domingo de Resurrección.

La Plaza de los Descubridores notaba el cansancio en las caras de los cofrades después de una intensa semana en Huelva. Los vecinos no quisieron perderse una complicada salida para el paso que manda el que fuese pregonero de Huelva, Juan León Lozano. Más vecinos, devotos y cofrades se sumaron con el paso del tiempo a la comitiva por su discurrir repleto de bellas y hermosas estampas que despidieron la Semana Santa. La Hermandad de El Resucitado escogió la pureza del color blanco para acompañar a su titular en forma de flores durante su camino. Una obra, la de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo que lleva el sello del imaginero Elías Rodríguez Picón, quien la hiciera en 2003 y que es la encargada de cerrar la semana grande onubense.

Y la clausuró de forma magistral para poner el broche a una semana de pasión a la que los cofrades ya tienen en su profundo recuerdo para el resto de sus días. Uno de los momentos lo puso ayer de nuevo la Hermandad de El Resucitado. La complicada salida avivó la voz de Juan León hacia sus costaleros. “Vamos a echarle casta y corazón que va por nuestras familias”. Las dimensiones de la puerta de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar provocan que el paso de la hermandad tenga que salir con la cuadrilla de costaleros de rodillas.

El Señor de la Resurrección frente a los ancianos a su paso por la Residencia Santa Teresa de Jornet. El Señor de la Resurrección frente a los ancianos a su paso por la Residencia Santa Teresa de Jornet.

El Señor de la Resurrección frente a los ancianos a su paso por la Residencia Santa Teresa de Jornet. / Alberto Domínguez

Con la imagen ya en la calle, la Agrupación Musical Santa Cruz comenzó un formidable esfuerzo –que se sumaba al de toda la Semana Santa– para poner los sones al glorioso día. Camino de Luz y Resurrección volvía a sonar un nuevo domingo en el barrio de La Hispanidad, marcha a la que continuó Pescadores de hombres. El Resucitado es la imagen de las ventanas y balcones, a donde se asoman los vecinos para orar en una mañana de júbilo. El blanco de los edificios, el celeste de las túnicas de los nazarenos, y los tonos cálidos del paso, transformaron el discurrir de la cofradía en una abanico cromático que se enriquecía con el verde primaveral que acompañó al Señor en el recorrido.

Con puntualidad y sus mejores galas, los ancianos de la Residencia Santa Teresa de Jornet esperaban a Cristo Resucitado. La emoción palpitó con fuerza cuando las campanas del edificio de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados anunciaba la llegada de la Resurrección de Jesús y que se mezclaba con los sones de Virgen de la Hiniesta. Los cánticos en forma de rezo desde la residencia fueron compensados en forma de una levantá a pulso dedicada al personal que trabaja con los ancianos. “Que yo no lo vea subir”, arengó Juan León, que no cesó durante un recorrido repleto de momentos por las calles que sienten de cerca a la Hermandad de El Resucitado.

Ayer fue el día de la luz celeste. De la eterna despedida. De llorar con el corazón. Y de contar los días para una nueva Semana Santa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios