Es una estampa que se repite en todos los templos de la capital onubense. Cientos de fieles acuden a venerar a las imágenes que este año con motivo de la pandemia no pueden recorrer las calles. El Polvorín vive un Miércoles Santo diferente. Sin la Victoria atravesando el barrio camino del centro son cientos los onubenses que acuden a venerar a la Virgen.
El resto por las medidas de seguridad y las normas es constante en todas las hermandades de la Semana Santa de Huelva. En el caso de la Victoria, los fieles esperan de forma paciente en una larga cola que le da la vuelta a la manzana para poder acceder al templo.
Si la Covid-19 deja a los pasos encerrados, los fieles demuestran su fe acudiendo a presentar sus respetos y orar ante las imágenes.
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