Semana Santa

Manuel Correa pregona con emoción a la Virgen del Prado

  • La Asociación Parroquial del barrio de la Higuera acoge un pregón con tintes de historia, presente, futuro y saetas

Manuel Correa durante su intervención en el pregón a la Virgen del Prado.

Manuel Correa durante su intervención en el pregón a la Virgen del Prado. / josué correa

Manuel Correa pregonó ayer a Nuestra Señora del Prado en su Dolor. Un acto que navegó entre la prosa recitada y el verso. Entre el pasado, el presente y el futuro. Entre la historia y la devoción. Y entre el recuerdo y el amor a una Madre. La Asociación Parroquial de Nuestra Señora del Prado se congregó en la sede de la calle Costa Rica para escuchar un pregón medido e intercalado con saetas a cargo de los saeteros Lucía Estévez, Rocío Márquez y Alfonso Romero.

Manuel Correa comenzó con una conversación con la Virgen del Prado, una advocación que cumple con la próxima salida 10 años. El pregonero explicó a la Virgen que igual que Ella perdió a su hijo a los 33 años, él pasó por lo mismo con la pérdida de su hija a la misma edad. Un arranque en verso, a modo de presentación, que puso la emoción desde el principio.

La atención de las palabras del pregonero se centraron a continuación en el barrio del Higueral, un barrio "mariano" que tiene su nutrida historia. Habló sobre cómo era la barriada en 1975 para decirle a la gente que "es importante saber de dónde venimos para saber qué es lo que tenemos". Correa paseó por las diferentes devociones que han centrado estos años atrás las calles del barrio onubense, para terminar con la Virgen del Prado, quien "ha llenado los corazones de toda la gente".

Siguió Manuel Correa con una parte titulada Juego de niños porque la Asociación Parroquial nace con "unos niños jugando a la Cruz de Mayo", quienes comenzaron el camino "apoyados siempre por el padre Girón". Seguido a estas líneas, Manuel Correa hizo una trayectoria narrada de distintas efemérides, acontecimientos que han sellado el recuerdo desde el 20 marzo de 2009, con la primera salida procesional. "Me encontré la sorpresa de que el coro del Lazareto le cantaba todos los años una composición mía a la Virgen", señaló Correa, que aprovechó para dar las gracias al Centro Sociocultural.

También tuvo tiempo el pregonero para soñar con un futuro en el que la Virgen del Prado procesione por la calles céntricas de la capital. Como despedida, Manuel Correa piropeó a la Virgen. "Su dulzura, su cara de niña o su mirada". Y es que "como todos los enamorados, no sé despedirme". El pregón finalizó con la Salve compuesta por él mismo y que cantó junto a los asistentes.

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