Semana Santa

Juventud que hace historia cofrade

Espectacular subida del Señor de las Tres Caídas por la cuesta que lleva su nombre en el aniversario fundacional de la hermandad.

Espectacular subida del Señor de las Tres Caídas por la cuesta que lleva su nombre en el aniversario fundacional de la hermandad. / canterla

Este Lunes Santo en el que se confirmaba la esencia cofrade en los 75 años de la Hermandades de las Tres Caídas, no podemos por menos que hablar de la juventud. La misma que hizo posible la creación de esta hermandad y llevársela a crecer en esa nueva Huelva que nacía con la parroquia del Sagrado Corazón y se iba articulando en un barrios gracias también a sus cofradías.

Juventud que hoy mantiene viva la hermandad, asentada en la historia que es compromiso y garantía de continuidad. Una juventud que es la que ha hecho posible también a las otras tres cofradías de la jornada, Calvario, Cautivo y Tres Caídas.

Las luces de la tarde se completan con la de los cirios del cortejo del CalvarioSaetas a los titulares del Cautivo en la Residencia Santa Teresa de Jornet

Una jornada de barrio que se hace luz en el centro con el Calvario, que comienzan a la par en la Hispanidad y La Orden. El Cautivo tiene su más hermosa chicotá de barrio a las puertas de la residencia de mayores Santa Teresa de Jesús. Saetas sentidas de Mario Garrido y Andrés El Lepe, desde ese balcón del cante desgarrado a pleno pulmón ante una multitud que lo seguía con todo el interés.

Seguir tras este paso del Señor. Aquí hay que meterse entre las promesas y acompañarle aunque sea por un instante y palpar lo que se siente. No le falta emociones ni rezos al Señor Cautivo, ni marcha una detrás de otra de la Banda de la Salud, ni un rosario que rezar o aplausos a sus costaleros para dar fuerza espiritual a esta larga chicotá que nos llevará hasta el centro de la ciudad. Ellas, las madres del barrio, saben lo que hay que pedirle al Señor, por tantas cosas del año. El barrio está con el Cautivo y la trasera del monte nada más salir casi no se ve por tantas flores ofrecidas.

Los niños del barrio van junto al paso vestidos de costaleros, la cofradía tiene continuidad.

La Virgen llega a este punto con delicadeza, con el aroma de la belleza, son los sentidos de esta tarde que la envuelve en la melodía de la música hecha oración de la Banda de las Mercedes de Bollullos con Triana de Esperanza. Vuelan las saetas y el palio en esas rachas de aire aunque el suelo parece moverse al juego de las ramas de la arboleda. Las hermanas del Asilo bajan hasta las plantas de la Virgen y los costaleros le dedican la levantá y dos rosas blancas que vuelan del palio como ofrenda de la Virgen de la Misericordia a quienes derrochan a diario amor hacia nuestros mayores.

Desde aquí y por el callejón de las Sierpes llegan los sonidos de la más joven cofradía del día que por El Conquero sigue los pasos que en la mañana agosteña traerá a Huelva su Patrona, La Virgen de la Cinta. La jornada se muestra inquieta y la mirada hacia el horizonte de las marismas asegura que al menos se aguantará el tiempo y se disfrutará de un bonito Lunes Santo.

Llegan por esta catedral de verdor que es el sotobosque de la avenida de Manuel Siurot, dedicada al insigne pedagogo "por bueno, por sabio, por generoso, maestro de niños pobres". Un rezo a la llegada al palacio espiscopal donde les espera el obispo de Huelva, José Vilaplana; le acompaña el párroco Manuel Sevillano, que habla de lo importante que es la Iglesia para las cofradías que esta casa representa.

"No achucharse..." mandan a los costaleros del Señor de las Tres Caídas. Fabián Tello, capataz y hermano mayor, aprendió que no hay que tener prisas, sino dar los pasos justos. En su casa se lo enseñaron como a otros muchos hermanos de las Tres Caídas y saben que así se consiguen las cosas. Una hermandad grande que la construyen los cofrades, con una devoción a sus titulares que la hace grande los devotos del barrio. La cofradía cumple 75 años y muchas cosas se tuvieron que hacer despacio a pesar del ímpetu de la juventud. Juventud de hoy que disfruta de las grandes cosas realizadas por los que hace 75 años fueron jóvenes. Así viene a Huelva desde El Polvorín ese reguero de penitentes de capirotes blancos a arribar a este puerto onubense.

Todo el arte va con Ella. Encontrarla cuando su paso casi se marcha, tenía este año el regalo de la belleza de un magnífico manto bordado. Entre las promesas se vuelve a sentir el cariño con el que se dieron tantas puntadas de amor, más allá de las propias del bordados, puntadas de devoción. Ese regalo hermoso de tantos y de una ciudad que le dedica una calle en su barrio que ayer se inauguraba con su presencia.

Las cofradías de los barrios se hacen Huelva por San Pedro y Santa Fe, con Cautivo y Perdón, esta última con la incorporación abriendo marcha de la Agrupación Infantil Santa Cruz. Por El Punto, las Tres Caídas camina hacia esa cátedra cofrade que es la iglesia de las Hermanas de la Cruz. Los barrios conquistan el corazón de la ciudad.

La tarde de luz va dejando paso en la noche a la de los cirios encendidos del cortejo del Calvario. El Señor cierra la Carrera Oficial con el silencio del rachear de sus costaleros. Mientras el palio de Rocío y Esperanza es un ascua de luz y belleza.

La noche ofrecería la intimidad de las calles de retorno del Calvario a su capilla, así como el acompañamiento al Cautivo y El Perdón por la cuesta de Manuel Siurot, esta última para seguir por El Conquero y llegar al santuario de la Patrona.

Una jornada multitudinaria que continuaría con el Señor de las Tres Caídas subiendo por su cuesta; porque andar, lo que se dice andar, aquí es un arte...

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