No cabe duda de que los Martes han sido en estos últimos años, los días de los más castigados por las inclemencias meteorológicas en el desarrollo de la Semana Mayor. Por fin la preocupación de los hermanos mayores y las juntas de gobierno no estaban en el seguimiento de los partes, por lo que esa inquietud e incluso desasosiego por saber si se toma la decisión correcta desapareció en esta ocasión.

Todo estaba propicio para que por fin Huelva viviera un Martes Santo como el que la ciudad se merece y por supuesto estas tres hermandades que saben hacer muy bien las cosas como son la Sagrada Lanzada, Estudiantes y Pasión que ofrecieron una jornada llena de sentimiento cofrade y vistosidad que quedaron más patentes que en ningún otro lado, en la carrera oficial.

Como es habitual en Martes Santo, la cofradía que abre el capítulo de los desfiles procesionales es Sagrada Lanzada. Doble mérito y doble respuesta de fieles y gente en general que se agolpa en la angostura de Presbítero Manuel López Vega. Era una tarde radiante, con una luz clara y nítida, fresca y algo ventosa pero sin ningún atisbo de miedo a que la lluvia pudiera malograr la jornada como pasara el año anterior. Así, los cofrades de Las Colonias salieron de la parroquia de Los Dolores ofreciendo belleza en su comitiva ya que la destreza les correspondía a los costaleros que bajo las órdenes de Francisco Michinina y Diego Manuel Rodríguez en el misterio y Andrés Toscano y Amador Morales en el paso de palio, ejecutaron con habilidad la complicada salida y el descenso de la rampa en ele. La Virgen de Los Dolores volvía a encontrarse con su barrio escasas jornadas después que lo hiciera el Viernes de Dolores.

María Santísima de Los Dolores lucía el fajín episcopal del obispo emérito de Huelva, monseñor Ignacio Noguer Carmona quien lo regaló a la hermandad de Las Colonias. Como también es habitual, el palio recibió una hermosa petalada desde el campanario de la coqueta parroquia teniendo como testigo el Conquero y como meta, la lejana carrera oficial.

Tampoco había ninguna duda este año en la parroquia de San Sebastián. No podían ir mejor las cosas en este templo que se encuentra celebrando el 50º aniversario de su inauguración. En esta ocasión, el acceso al porche estaba limitado para las personas que no estuvieran con el desarrollo de la cofradía.