Semana Santa

El Condado disfruta de un reluciente Martes Santo

  • Los devotos y cofrades de Bollullos, Almonte y La Palma se echan a la calles para ver las diferentes procesiones

Bollullos tuvo ayer su punto de atención en la Hermandad del Cautivo, como popularmente se la conoce. Caída la tarde, hacía su salida desde la capilla de Nuestro Padre Jesús Cautivo el paso del Señor que aparecía atado camino de su cautiverio. El perfume de los claveles rojo sangre inundaron el ambiente mientras el paso avanzaba por las calles en las que dominaba un gran respeto, característica de esta hermandad, cuyos nazarenos llevaron a cabo su estación de penitencia en el más absoluto de los silencios. El único sonido lo pusieron las notas musicales del Grupo de Cámara Nueva Polifonía, que acompañó al Cristo, y el grupo Nuestra Señora de la Victoria, que fue detrás de la Virgen. El paso por la Capilla de Jesús y por la de Misericordia fue muy emotivo, así como el discurrir por el Convento Cristo Rey, ya que fue allí donde se fundó la cofradía. Pasada la medianoche hacía su entrada la Cruz de Guía en su capilla, en una tarde y noche de aromas cofrades y primaverales.

ALMONTELa Piedad, constituida actualmente como pro-hermandad, salió durante la tarde de ayer por las calles del municipio de Almonte. Los penitentes de este grupo cofrade hicieron su salida de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción para realizar un viacrucis con el conjunto de La Piedad, en el que aparece la figura de Jesús y la Virgen, obra del escultor palmerino Martín Lagares. Este año ha sido el primero en el que han salido el Martes Santo puesto que será el día en el que hagan su estación de penitencia constituidos como hermandad, siendo en años pasados durante el Lunes Santo. En esta ocasión, la emoción era palpable para hermanos y devotos que vieron como por vez primera pudieron realizar el Viacrucis con sus Sagradas Imágenes.

LA PALMA

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo salió en procesión por las calles de La Palma en un Martes Santo primaveral que se vivió con mucha emoción y sentimiento. Esta cofradía lleva pocos años constituida y se ha hecho un hueco rápidamente en el devenir cofradiero de la localidad. Hizo su salida desde la iglesia parroquial de San Juan Bautista la Cruz de Guía, que precedía al paso del Cristo con las manos atadas, obra de Castillo Lastrucci. El paso de palio llevaba a la Virgen de las Lágrimas y a San Juan Evangelista, obras de Rubén Fernández Parra. El aroma a cera y a claveles -que vestían el paso del Señor- y a fresias y alhelíes blancos -que componían los ramos del palio- se difuminó por un casco histórico plagado de calles estrechas y encaladas que realzaron el discurrir de la comitiva.

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