Puerta del Mar

Chicotá por la solidaridad cofrade

  • Las hermandades en los barrios conocen las necesidades de sus vecinos

  • El Consejo valora en 300.000 euros la aportación de las cofradías a instituciones benéficas

El Corte Inglés y el Consejo colaboran con las Hermanadas de la Cruz.

El Corte Inglés y el Consejo colaboran con las Hermanadas de la Cruz. / M. G.

Este es un tiempo tan especial que las hermandades se encuentran obligadas a redoblar esfuerzos. La mirada no debe estar en el angustioso calendario en el que por causa de la pandemia del coronavirus no se ve horizonte alguno. El principal problema es el que hay en estos momentos delante, el que se presenta día a día.

Ahora las cofradías deben hacer realidad de manera más intensiva lo que vienen realizando habitualmente, hacer tangible el compromiso de fe, lo que es y muestra una cofradía en la calle.

En la caridad está el compromiso del cristiano y, evidentemente, el de los cofrades. No se crean las cofradías con el único objeto de procesionar; ese es el fin último tras un camino de vida de fraternidad. Es estar en la realidad del presente que le rodea.

La mejor forma es el compromiso social y caritativo. De ello se viene hablando mucho, desde el periodo de la pasada crisis económica vivida por la sociedad en general, que también afectó a las hermandades y que ahora se repite. En ese momento de respiro todo se dirigió a recuperar grandes proyectos de enseres, con importantes inversiones económicas.

La vida sorprende de manera repentina y ahora nos encontramos con la pandemia del coronavirus. Todo se para y le afecta mucho también a las hermandades y hay que volver a reaccionar.

Las cofradías en Semana Santa articulan la ciudad con sus procesiones desde tantos barrios, pero lo importante ahora es que en sus barrios constituyen un lugar de acercamiento, de cercanía, preocupada por lo que necesitan sus vecinos. Pueden completar por su posibilidades de cercanía la labor que la Iglesia a través de otras instituciones propias vienen realizando.

Las hermandades ya tienen ese compromiso social global que es la ayuda a la Casa de Los Milagros, gracias al euro que cada hermano aporta. Una contribución solidaria clave para su sostenimiento. La solidaridad se hace compatible con las atenciones habituales que algunas tiene habitualmente programadas.

Ahora la labor de las hermandades debe estar donde aparecen las necesidades, con sus repartos de alimentos. Este año pues también se verán con las restricciones que marcan la covid-19 a la hora de las recogidas de alimentos que se realizaban a las puertas de los supermercados.

El Consejo ofrecerá una comida solidaria para los más necesitados el Día de Navidad

Será necesario buscar alternativas, para ello está el ingenio cofrade. Nada quita a que se redoblen los esfuerzos y se ven a hermandades, grupos que forman parte de ella como costaleros, con donaciones generosas. Los cofrades han hecho hasta mascarillas, porque hay que arremangarse cuando las circunstancias lo exigen, porque las hermandades no son ajenas a esa realidad social.

Este es un objetivo primero en estos días, en un tiempo en el que no se escuchan ni el racheo de los costaleros, ni el de cornetas ni tambores. Esta es la mejor chicotá que se puede hacer, la de la solidaridad.El Consejo de Hermandades valora en 300.000 la ayuda que las hermandades realizan a instituciones benéficas, además de la atención alimenticia.

El propio organismo cofrade está realizando algunas actuaciones solidarias, esta semana con el envío de edredones a las Hermanas de la Cruz de las Colonias, más otras tantas mantas que llegarán la próxima semana, con la colaboración de El Corte Inglés.

Mientras proyectan una comida solidaria para los más necesitados el día de Navidad con la Fundación la Caixa.

El Consejo también ha gestionado con las hermandades dentro de la obra social una ayuda de 15.000 euros para la beca de estudio de tres sacerdotes onubenses, atendiendo así también a las necesidades de la Diócesis.

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