Los estudiantes

Caminar en un valle de lirios morados

  • El Liceo de Moguer estrena la marcha 'Madre de los Estudiantes' en la salida del palio

La Virgen del Valle de la Hermandad de Los Estudiantes tras bajar la rampa de la parroquia de San Sebastián.

La Virgen del Valle de la Hermandad de Los Estudiantes tras bajar la rampa de la parroquia de San Sebastián. / reportaje gráfico: canterla

Entre una nube de recogimiento y solemnidad los diputados de tramo daban las últimas indicaciones a los nazarenos en el interior de una parroquia de San Sebastián organizada hasta el más mínimo detalle. La Hermandad de los Estudiantes salía a las calles de Huelva un nuevo Martes Santo bajo la mirada de un sol que iluminó aún más si cabe al Cristo de la Sangre y a la Virgen del Valle.

El paso del titular cristífero salió bajo el mando de Manuel Gómez Carnicerito mientras que los costaleros comenzaron a acariciar el granito, en el exterior de la parroquia, con un paso reposado y mecido, que continuó en la bajada de la rampa y en el resto del recorrido. El Trío de capilla Gólgota puso los sones en la delantera del paso. El Cristo de la Sangre caminó en un valle de lirios morados y tuvo sus momento álgidos en su visita a las Hermanas de la Cruz, en la Plaza Niña, además de en su recogida por las calles de su barrio.

La Virgen del Valle salió de una manera especial por el dintel de la parroquia de San Sebastián. La novedad llegaba con los sones de la Banda Sinfónica del Liceo Municipal de la Música de Moguer, que estrenó e interpretó la marcha Madre de los Estudiantes, compuesta por Jesús Manuel Perojil. En la delantera del palio, como es habitual, fue una representación de la Universidad de Huelva, con la rectora María Antonia Peña a la cabeza, que además realizaron una ofrenda floral tras bajar la rampa del templo.

Por la mañana, la Hermandad de los Estudiantes recibió también la visita de la Asociación de Antiguos Vecinos del barrio de San Sebastián, de la Asociación Ánsares, del Colegio de Abogados, del Grupo Popular, del alcalde y de la Hermandad de Mutilados.

Todo sumó a una nueva estación de penitencia de un cortejo que finaliza y redondea su sencillez cuando se pierde en la mirada con el caminar de la Virgen del Valle por las calles de Huelva.

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