Apuntes de cabildo

Alumbrando emociones y sentimientos

UNas manos encendien una vela el pasado Miércoles Santo.

UNas manos encendien una vela el pasado Miércoles Santo. / Alberto Domínguez

Buscando una fotografía en nuestro sistema de recuperación de imágenes del archivo de Huelva Información me aparece esta foto que no me esperaba y la verdad que me da un vuelco el corazón.

Son las manos de una joven que sostiene una vela azul, es de esas sencillas pero recuerdan a los cirios que alumbran el último tramo del palio de la Victoria. Está agachada allí mismo, delante del azulejo de la Reina del Polvorín. Es la escena del último Miércoles Santo tan difícil que nunca podíamos habernos imaginados una situación ni parecida.

Es de alguna forma la imagen de un recuerdo, de una situación que cada uno vivió en lo más interior. Sentimientos que seguro eran tan profundos como los que exteriorizaban cualquier otro año en la calle. Sin embargo, que distinto todo. Cuando los recuerdos vertían a borbotones y se deslizaban en esperanza.Nosotros los cofrades sabemos de sacrificios por las últimas décadas de lluvias que prácticamente solo aparecían cuando un paso quería salir a la calle y han sido muchas Semana Santa sin prácticamente procesiones. Pero esto era muy distinto.

Lo que ocurre es que todavía no ha pasado este largo calvario, este desierto sin cofradías en la calle y, esto va para largo. No hay que hacerse falsas esperanzas. La vida nos ha cambiado mucho, y hace que miremos muy hacia adentro de nosotros mismos. Hay quien piensan que como los pasos no salen a la calle hay muchos que se darán de baja, bueno ya volverán a apuntarse, seguro que sí.

No piense nadie que esta Semana Santa no va a resultar también muy difícil, pues los pasos no saldrán. Lo que ocurre es que sí vamos a tener el consuelo de una visita a los templos y esperamos que se adornen de luz y belleza, como los cofrades saben hacerlo.

Este es un tiempo de profundas reflexiones en todos los ordenes de la vida. Por que quién no se ha sentido el silencio de las calles vacías, los miedos de la pandemia.

Sin embargo, a pesar de todo, hay que tener una mirada en un horizonte de fe que nos llevará a volver a vivirla de una manera muy profunda, tanto como la el año pasado. Volveremos a correr con nuestros recuerdos muchas esquinas, a escuchar saetas tras una buena levantá.

Esta imagen al inicio de la Cuaresma hace que despierte en nosotros el sentimiento más profundo, en el que alumbramos emociones y sentimientos para un tiempo nuevo.

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